Las pencas de acelga dan mucho juego en la cocina, sobre todo si son anchas. De sabor bastante más suave que la hoja, contienen mucha fibra, calcio, vitaminas (A, C, E, B), minerales (potasio, fósforo, hierro, zinc, magnesio, cobre), y tienen las estupendas virtudes de bajar el colesterol LDL (malo), regular el tránsito intestinal, ayudar a combatir las infecciones y a mantener en buen estado la piel, el cabello y las mucosas.. Se pueden cocinar de muchas maneras, con legumbres, rebozadas, o simplemente con aceite y vinagre están estupendas.
Yo os traigo la receta que ayer hice con ellas. Un plato completo donde los haya (verdura + hidratos + proteínas), suave y original de sabor, sencillo, rápido, y que a buen seguro váis a repetir si alguna vez probáis a prepararla. ¡¡Allá voy!!
No os voy a dar cantidades exactas. Según os explique, veréis lo que váis a necesitar. Para un comensal, dos "montaditos" ya son una buena ración.
Se necesitan:
-Pencas de acelga, que habremos lavado y a las que habremos eliminado los hilos fibrosos exteriores que puedan tener.
-Filetes de pechuga de pollo, muy finos. Opcionalmente se puede utilizar pollo o pavo en fiambre.
-Pimientos asados. Pueden ser enlatados, o si los hemos asado en casa, mejor.
-Queso en lonchas. Un queso que funda bien sería el ideal, pero podemos echar mano del que tengamos en casa.
-Aceite de oliva, sal.
-Queso rallado.
-Para la bechamel de tomate: Un tomate rallado, 400 mg, de leche (dos vasos sin llegar al borde), 55 gr. de harina, 25 gr. de mantequilla, dos cucharadas del jugo de los pimientos, una pizca de nuez moscada y otra de pimienta, sal.
Elaboración:
En una cazuela herviremos las pencas en agua con sal, durante 15 minutos, y las escurriremos.
En una sartén, con una gota de aceite, haremos los filetes a la plancha (antes les pondremos un poco de sal). Si son muy finos, con un minuto máximo por cada lado, es suficiente. Si el pollo es en fiambre, no es necesario este paso.
Sobre una tabla o un plato, dispondremos una penca. Si son muy grandes, se pueden partir en dos. Sobre ella, media loncha de queso y uno o dos trozos de pimiento, intentando que formen un montadito uniforme.
Encima pondremos un filete de pollo (o medio, cortando los bordes que sobresalgan para respetar las medidas, y finalmente otra penca.
Formaremos así todos los montados que deseemos.
Podemos elaborar un último con los recortes de pollo que nos haya quedado.
Elaboraremos la bechamel como hacemos de costumbre, acordándonos de añadir (preferentemente al final, aunque haya que mezclar de nuevo) el tomate y el caldo de pimiento. Nos quedará una salsa de color rosado. Cubriremos el fondo de una fuente apta para horno con un poco de ésta.
Una vez colocados los montados en la fuente, y cubiertos con la bechamel, espolvorearemos por encima queso rallado, como si se tratara de una lasaña.
Gratinaremos en el horno, y listo.