Así te proteges de una tormenta eléctrica en el coche
Cierra las ventanillas y apaga la radio
Estamos en el periodo del año con un
mayor riesgo de morir por la
caída de un rayo. Según informa la Asociación Profesional de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid, más del 70% de los fallecimientos por esta causa se producen entre los meses de junio y agosto (el 92% entre mayo y septiembre), mientras que en invierno apenas se contabilizan algunos casos.
La razón de estas cifras estriba en que la mayor parte de las
tormentas eléctricas se concentran en estas estaciones. Así lo indican los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Sin embargo, ¿sabemos cómo debemos actuar cuando una tormenta nos pilla mientras estamos en el coche? Tres son las
recomendaciones básicas:
no salir del vehículo, cerrar las ventanillas y apagar la radio.
Más del 70% de los fallecimientos por un rayo se producen entre los meses de junio y agosto
Aunque las posibilidades de que nos caiga un rayo mientras circulamos por un núcleo urbano son pocas, no hay nada imposible. Un ejemplo de ello, tuvo lugar este mismo año en Marruecos, Los ocupantes del coche salieron ilesos porque el
vehículo actuó
como
la Jaula de Faraday, es decir, la parte exterior recibió la descarga sin que llegara a afectar
al interior. Otra cosa es cómo quedó la electrónica del automóvil, que seguramente tuvo que ser reparada.
A pesar de que la carrocería de un coche es metálica y, por lo tanto, atrae a los rayos, también nos proteger de ellos por el motivo antes explicado. Así pues, durante una tormenta, es
más seguro permanecer dentro del automóvil que fuera de él. La Confederación Nacional de Autoescuelas recomienda
reducir la velocidad de circulación y, si se puede,
detener el coche en un lugar
alejado de vallas metálicas, tendidos eléctricos o balsas de agua. Tampoco es conveniente hacerlo en lugares montañosos elevados aislados ni enclaves abiertos y muy despejados.
Si el coche sufre una fuerte descarga eléctrica, es preciso
esperar un poco
antes de salir de él y
evitar tocar la carrocería, ya que su superficie metálica se habrá quedado cargada del campo eléctrico del rayo. Vivir esta experiencia es algo que no se olvida.
Escuchas un estruendo muy grande y ves una luz cegadora. Todo en medio segundo, muy, muy rápido. No estaba seguro de qué había sido. De primeras pensé que era un rayo, pero como la probabilidad es tan baja, lo descarté. Aunque al final se confirmó la sospecha cuando vimos el techo del coche quemado... En fin, una experiencia para recordar”, relató Vemata, nickname del citado usuario.
El vehículo actua como la Jaula de Faraday, es decir, la parte exterior recibe la descarga sin que afecte al interior”
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