Me ha pasado esta receta una vecina, que suele hacerla a menudo para llevársela a la piscina en un recipiente cerrado. Me ha sorprendido gratamente, ya no sólo por el sabor agridulce, sino porque a temperatura ambiente está riquísima, aunque imagino que en caliente también debe estarlo, por si queremos comerla en invierno.
Yo la he probado en casa y la he acompañado de unas patatas panaderas rápidas de microondas. Y he disfrutado. Me encantó. Por supuesto, he fotografiado el proceso para vosotros.
Ingredientes:
Filetes de pollo sin piel (pueden ser de pechuga o muslo, yo he usado pechugas)
Un limón
Dos cucharadas de miel
Cuatro o cinco hojitas de menta
Un huevo batido
Medio vaso de caldo de ave (si no se tiene, sirve con agua sola)
Un diente de ajo
Harina, sal y aceite de oliva suave, o de girasol
Para las patatas:
Por cada patata pelada y cortada en lonchas finas, media cebolla en juliana y medio pimiento en rodajas. Sal, aceite de oliva y pimienta.
Elaboración:
Cortamos los filetes de pollo en trocitos más o menos regulares, y salpimentamos.
Los embadurnamos de harina.
Los pasamos por huevo batido, escurrimos y después las rebozamos de nuevo en harina y las vamos friendo en aceite suave, hasta que estén crujientes.
Tardan muy poco tiempo en hacerse. Los dejamos escurrir en papel de cocina.
Para hacer el macerado, preparamos los ingredientes: limón, menta, miel, ajo y caldo.
En una cazuelita, disponemos el caldo (o agua), el diente de ajo pelado, la menta y la cáscara del limón (solamente la parte amarilla, evitando que caiga la parte blanca del limón, que amargaría)
La ponemos al fuego hasta que rompa a hervir. En ese momento la apartamos y la tapamos, para que "infusione" unos diez minutos.
Colamos y volvemos a poner el caldo al fuego. Cuando rompa a hervir, añadimos el zumo (sin semillas) del limón, y la miel. Aparatamos del fuego y dejamos templar. Una vez a temperatura ambiente, volcaremos sobre el pollo y lo removeremos bien. Ya está listo para servir o guardar.
Mientras termina de enfriarse el pollo y se empapa de sabores, preparamos las patatas.
Para ello disponemos en un recipiente para microondas la cebolla y pimiento cortados. Echamos un poco de sal y unas gotitas de aceite. Lo introducimos en el microondas y lo guisamos a máxima potencia durante tres minutos.
Lo sacamos del microondas y añadimos las patatas cortadas. Echamos otra pizca de sal y unas gotitas más de aceite. Lo volvemos al microondas y guisamos cinco minutos a máxima potencia. Volvemos a sacar el recipiente (con cuidado de no quemarnos), revolvemos un poco las patatas y las guisamos otros cinco minutos más.
Servimos el pollo acompañado de las patatas... ¡¡ñám!!