Coca-Cola nació en Atlanta el año 1886 gracias a John Pemberton, que la vendió como una bebida medicinal para tratar la adicción a la morfina. Comercializado como un tónico para el cerebro y los nervios, el medicamento se llamó “Coca-Cola” después de sus dos ingrediente clave: cafeína, derivada de las nueces de cola y cocaína.
Desafortunadamente para su creador, la bebida no tuvo el efecto deseado. En dos años vendió los derechos de su fórmula para pagarse la morfina, y la compañía que los compró redujo los niveles de cocaína a un mero rastro, retirándolo de forma completa el año 1929.
Pero ahora, 130 años después, la compañía de bebidas más grande del mundo podría estar buscando un retorno a sus raíces, pero con una droga diferente.
The Coca-Cola Co. está en ‘serias conversaciones’ con Aurora Cannabis Inc, para desarrollar una bebida con cannabis, según informa
BNN Bloomberg, en Canadá.
Desde que Canadá legalizó el cannabis para el uso recreativo a principios de 2019, las empresas de la zona han estado compitiendo por hacerse un hueco en este incipiente mercado: desde pequeñas tiendas de brownies a grandes compañías cerveceras. Y, ante el estancamiento de los productos tradicionales, muchas multinacionales han visto una nueva oportunidad para ofrecer nuevos productos.
Coca-Cola es un buen ejemplo. Se concentrará en los beneficios medicinales del cannabidiol, un componente del cannabis que puede aliviar el dolor y la inflamación, pero que no tiene un efecto psicoactivo. “Están bastante avanzados”, afirma la fuente de
BNN Bloomberg. “Probablemente lo categoricen como una bebida energética”.
Una asociación entre Coca-Cola y el productor de Albertan Aurora Cannabis sería una gran noticia, ya que convertiría a la empresa Coke en el primer fabricante importante de bebidas no alcohólicas en ingresar al mercado del cannabis.
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