Los expertos señalan que es muy importante aprender a diferenciar un perro que se siente bien y a gusto, con uno que simplemente está moviendo su cola, pues aquí no hay una equivalencia. En consecuencia, un perro puede estar moviendo su cola aunque no esté precisamente feliz.
Si además de
mover la cola, el perro tiene las pupilas dilatadas, los músculos están rígidos, mueve sus orejas hacia adelante o atrás y su rostro tiene muestra cierta tensión muscular, lo mejor será retroceder.
La cola del perro sirve para comunicar emociones fuertes y no necesariamente felicidad sino que también enojo, agitación o ira y en realidad, aprender a leer
el movimiento de la cola de un perro puede ser toda una ciencia.
Los perros son el resultado de un largo proceso evolutivo, que tiene raíces nada menos que en los lobos grises. Antiguamente, el propósito de la cola de los perros era el de
darles equilibrio ya sea caminando, corriendo o nadando, siendo muy especial en la caza y por ende, en su supervivencia. De esta manera, el movimiento de la cola quedó prácticamente grabado en la naturaleza y herencia de los perros.
Por otra parte, hay quienes señalan que estos movimientos
ayudan al perro a liberar aromas desprendidas por las glándulas en el ano del mismo. Estos aromas tienen fines reproductivos y son una suerte de señalización que determina pertenencias o que de algún modo, “marcan el territorio”, de forma similar a como lo hacen con la orina.
Estas esencias también forman una especie de mapa que, acompañado al complejo y desarrollado sentido del olfato canino,
sirve para orientarse. A fin de cuentas, el movimiento de la cola de los perros es algo que aún resulta bastante difícil de comprender ya que es siempre variable. Al menos ya sabes que la próxima vez que veas a un perro mover la cola deberás tener otras tantas cosas en cuenta.