La saga
Sharknado ha venido para quedarse. Al ritmo de una entrega por año, la compañía Asylum (especializada en carroña fílmica) y el canal Syfy piensan alargar el chiste hasta lo insoportable. La inevitable
Sharknado 5 se estrenará el próximo 6 de agosto y nosotros queremos reivindicar otra época. Una era ya pasada,
en la que las películas absurdas de tiburones no eran bodrios prefabricados y autoconscientes financiados por empresas mercenarias como Nu Image o la ya citada Asylum, sino que se trataba de filmes genuinos que salieron mal sin pretenderlo.
A continuación, y ayudados por los responsables de la web de humor
Cinecutre, vamos a repasar
las ocho peores películas de tiburones de la Era ‘Pre-Asylum’.
Tintorera (1977)Ni un año se esperaron los caraduras mexicanos. Casi en las mismas fechas que el “Tiburón” de Spielberg, llegaba a los cines de medio mundo
esta chapucera reinvención a ritmo de música disco y con toda clase de desnudos gratuitos para atraer a la despistada audiencia. Lo cierto es que poco o nada tiene que ver con el film original de Universal Pictures, ya que estamos ante una cinta de corte erótico donde dos truhanes intentan acostarse con todas las extranjeras de una zona costera, mientras un tiburón se pasea por allí en contadas ocasiones, para hacerles la puñeta y dejarles sin novias.
Dirigida por el casi siempre chapucero René Cardona, cuenta con la presencia del legendario actor Hugo Stieglitz y la inexplicable participación del gran Basil Poledouris a cargo de la machacona banda sonora. Destacan las escenas de archivo
-donde vemos verdaderos tiburones siendo cazados y masacrados- y la explícita muerte del coprotagonista, con decapitación incluida.
Tiburón 3 (1981)Titulada originalmente como
L’Ultimo Squalo, aquí en España la conocimos con el nombre de
Tiburón 3, en una picaresca maniobra publicitaria del distribuidor José Frade, para que la gente se confundiera y pensase que formaba parte de la saga original. La jugarreta le salió bien, ya que la película tuvo un considerable éxito, llegando a conseguir una taquilla bastante superior a la que lograría la auténtica tercera parte de la serie, “Tiburón 3D: El Gran Tiburón”.
Se trata de un plagio de lo más entretenido, donde se copian con descaro las escenas más famosas de “Tiburón” y “Tiburón 2”, a la vez que asistimos a toda una sucesión de imágenes de archivo con las que suplir el patético aspecto del tiburón construido para la ocasión, que parece que flota inerte sobre el agua.
En Estados Unidos, donde la cinta fue prohibida tras una demanda interpuesta por Universal Pictures,
se llegaron a usar estrategias publicitarias casi tan rocambolescas como en España ya que, en algunos cines, la película se detenía a mitad de metraje, pidiendo un minuto de silencio por un submarinista muerto en el rodaje, algo que al parecer jamás ocurrió, como bien señalan en el imprescindible libro
Terror bajo las aguas de la editorial Ilarión, fuente imprescindible para la redacción de este artículo.
Çöl (a.k.a. Turkish Jaws, 1983)El Cine Pop Turco de los 70/80, célebre por fusilar los grandes éxitos de Hollywood, también se atrevió con
Tiburón. Así, Çetin Inanç, director del
Star Wars Turco y del
Rocky Turco, igualmente se encargó de
Çöl, el llamado “Tiburón Turco”.
Aunque siendo sinceros, realmente no es ninguna imitación. En realidad se trata de un burdo thriller de peleas donde son robadas sin piedad canciones de Led Zeppelin y Survivor, como se puede comprobar en el siguiente y descarado vídeo:
¿Y entonces? ¿Qué tiene que ver esta cutrada con la cinta de Spielberg? Prácticamente nada, salvo que en un momento dado, el protagonista es atacado por un tiburón de corchopán, y este lo derrota sin necesidad de explosivos, directamente a cuchilladas, como puede verse a continuación:
Solo por esta escena la película se popularizó en Internet como el “Tiburón Turco”,
aunque no vuelva a salir ningún escualo en el resto del metraje. Incluso se ha llegado a editar en algunos mercados como
Turkish Jaws, tal y como refleja su ficha de IMDB.
Tiburón 4: La venganza (1984)
Tiburón 3D, protagonizada por Dennis Quaid, probablemente también debería figurar en este artículo, pero hemos preferido ir directamente a la última entrega de la saga oficial, donde la credibilidad del público se hunde hasta profundidades abisales. Con el eslogan de “Esta vez es personal”, el rocambolesco guión
nos vende la moto de que un tiburón blanco busca venganza por la muerte de sus hermanos y, para colmo de males, es capaz de seguir a los protagonistas gracias a la conexión mental que mantiene con uno de ellos. Casi nada, oigan. Hemos visto cosas más plausibles en la serie
Sharknado.Semejante esperpento, que además añade al cóctel una insufrible trama romántica que sólo desconcierta al espectador, se alzó con siete merecidísimos Anti-Oscars.
Ni siquiera la presencia del respetado Michael Caine logra darle algo de dignidad al asunto. Por cierto que el intérprete británico no acudió a recoger su Oscar por
Hannah y sus hermanas al estar ocupado con esta película y, años después, se mofó de haber participado en ella, presumiendo de la mansión que pudo construirse gracias al sueldo que cobró.
Tiburón: Duelo a muerte (1989)Si lo de
Tiburón: La Venganza os pareció ridículo, agarraos porque vienen tempestades.
Los italianos no se quedaron contentos con L’Ultimo Squalo, y por ello volvieron a la carga con Tiburón: Duelo a Muerte, uno de los mejores ejemplos de hasta dónde puede llegar la desvergüenza del ser humano.
La falta de dinero no impidió que el infatigable Joe D’Amato, uno de los indiscutibles reyes de la caspa italiana, se lanzara a rodar esta tomadura de pelo en la que
ninguno de los actores comparte plano con alguno de los tiburones que aparecen en el metraje. ¿Cómo se explica eso? Pues porque absolutamente todos los escualos pertenecen a imágenes de archivo insertadas de mala manera en un montaje nada convincente.
Cruel Jaws (1995)¿La desfhacatez alcanzada por
Tiburón: Duelo a Muerte puede ser superada? Aunque parezca increíble, sí, por supuesto. No hay nada que el cine cutre italiano no pueda conseguir,
sobre todo si Bruno Mattei anda metido en el ajo. Este autor, uno de los más infames directores que han pisado la Tierra, decidió en 1995 ensuciar aún más su terrible legado, que incluye títulos como la falsa secuela de
Terminator o el remake italiano no autorizado de
Depredador.Si Joe D’Amato usaba imágenes de archivo de diversos documentales para simular la presencia del monstruo, aquí Mattei va un paso más allá, empleando directamente planos robados de todas las entregas de
Tiburón, así como extractos de la mismísima banda sonora de
Star Wars, entre otras películas. Y a pesar de que no se fabricó ni un solo tiburón para la ocasión,
eso no impide a Mattei incluir en los títulos de crédito a un tal Larry Mannini como diseñador del bicharraco. Por supuesto y como es fácil de intuir, el tal Mannini no existe. Para el recuerdo quedan escenas incomprensibles como la siguiente, donde los personajes demuestran que, en lugar de un “barco más grande”, necesitan un cerebro “más grande”:
Aatank (1996)Como no podía ser de otra forma, en Bollywood también se fijaron en el filme de Spielberg, con la tardía
Aatank, que no se rodaría hasta 1996. Consiste en una versión del clásico de Universal Pictures adaptado a los gustos locales, es decir, que hay muchas peleas exageradas,
bailoteos sin ton ni son y exceso de metraje.En ella aparece el tiburón más cochambroso de todos los recogidos en este reportaje. Un escualo de goma que seguramente pita si lo aprietas y que, cada vez que emerge de las profundidades, lanza sonoros gruñidos con efecto eco. Para ahorraros el visionado de la película, os hemos preparado un vídeo de cuatro minutos que recoge los peores momentos del filme, incluido el glorioso final, una suerte de versión gore del desenlace de
Liberad a Willy:
Shark Attack 3: Megalodon (2002)Terminamos este repaso con unas de las cumbres (invertidas) del casi siempre nefasto subgénero de las películas de tiburones. El cierre de la saga
Shark Attack es una amalgama de interpretaciones dignas de un filme de Tommy Wiseau (autor de
The Room), diálogos probablemente improvisados y secuencias CGI tan desastrosas, que aquí en
Eslang, llegamos a seleccionar una de sus escenas como una de “las cinco muertes más cutres del cine”.
aquí