John Rampton es un empresario y comunicador que se ha hecho un nombre en la red con sus opiniones y sus contactos. Está acostumbrado a
relacionarse con personas de todo el mundo y formar equipos, así que sabe de lo que habla en un artículo publicado en 'Business Insider', donde ha reunido frases que muchos decimos, aparentemente amables pero con un trasfondo conflictivo mal disimulado.
Hemos reducido la lista a
diez frases, de las más pasivas y engañosas que se pueden encontrar. Si eres incontinente verbal pero a la vez tienes un fuerte instinto de llevarte bien con todo el mundo —y esas son buenas armas de la personalidad si quieres dedicarte a ser un 'influencer' profesional como Rampton— seguro que alguna vez te has oído a ti mismo soltando alguna de estas perlas tóxicas. ¿Preparado?
1. Por supuesto que sí
Podemos decir “por supuesto” o “estupendo” o “genial” y no ser pasivo-agresivos, pero si hacemos examen de conciencia y
queríamos comunicar justo lo contrario merece la pena hacérselo mirar.
No hablamos de la ironía propiamente dicha, que es reconocible y puede ser divertida, como cuando alguien nos derrama una copa encima y decimos: “¡Me encanta, qué maravilla!”, sino de ese mayor retorcimiento que surge cuando
ni uno mismo sabe hasta qué punto está contrariado: “Por supuesto que me alegra que vayas a cenar solo con esa amiga tan sexy de tu trabajo, ¿por quién me tomas?”
2. Ningún problema
Si la dices de pasada o porque está en la letra de una canción puede valer, pero soltada con cierto peso y con pausas dramáticas resulta mortal de necesidad. Porque
siempre hay algún problema. Siempre. Este valle de lágrimas no es que sea imperfecto, es que apesta te pongas como te pongas, ¿cómo no vas a tener ningún problema? Solo la mala fe y el odio contenido te pueden hacer articular esas palabras.
Pero en fin, si crees que no tenemos razón y quieres seguir diciendo la frasecita de marras…
tú mismo.
3. Tú mismo
Disfrazada de tolerancia y de respeto máximo por la libertad del otro, esta tercera sentencia significa en realidad muerte y destrucción. No hay nada más terminante que
lavarse las manos de las consecuencias negativas de algo después de dar un consejo en contrario. Y si además nadie pidió el consejo en ningún momento, la agresividad se convierte en tiranía de malo de Disney.
fuente