Para las mujeres, el modo en que un hombre encara un beso es determinante. Podría ser la puerta de acceso a una gran historia o el comienzo del fin. En esta nota qué aspectos de la personalidad revela este tipo de demostración afectiva.
e miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio". Así describe Julio Cortázar el beso, en un capítulo de Rayuela. Habla de un beso intimista, apasionado y que denota cierta complicidad. Pero no todos los ósculos son iguales ni se viven del mismo modo. Al parecer, para las mujeres los besos son “la puerta de entrada” al más allá. Para ellas, la forma de encarar este tipo de mimo habla mucho de cómo es el hombre y lo tienen muy en cuenta a la hora de evaluar quién podría ser su compañero de vida.
Pero, como ya se ha dicho en varias oportunidades, los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Y esas diferencias también se ven este aspecto. Es que para ellos, el beso no es tan relevante ni determinante a la hora de conocer una mujer. Así lo asegura un estudio realizado por la State University de Nueva York y publicado en la revista Evolutionary Psychology.
Para llevar adelante esta investigación, se encuestaron a mil estudiantes y las conclusiones fueron claras: mientras ellos está dispuestos a tener sexo tanto con alguien que besa mal como con alguien que besa bien; para ellas, una mala performance en este arte podría ser una traba para seguir vinculándose. Es que para las féminas, los besos constituyen un mecanismo para crear lazos afectivos e incluso los tienen en cuenta a la hora de evaluar sus relaciones. Ser menos besadas por sus parejas no es un detalle que ellas pasen por alto, sino todo lo contrario. Podría ser un disparador de peleas o de las famosas charlas que arrancan con el “tenemos que hablar”.
Los besos nos definen (o no)
Considerando el valor que para las chicas tienen este tipo de demostración amorosa, podría ser oportuno compartir una suerte de catálogo de tipos de besos y el significado que se le puede atribuir a cada uno de ellos. Todo, por supuesto, visto desde la óptica femenina. Advertencia: para disfrutar de este material es vital leerlo con cierta dosis de humor.
Beso helicóptero: las lenguas giran sin cesar. Parece un encuentro de lucha libre. Al hombre que besa así y le cuesta ir al grano. Es posible que necesite un mapa para encontrar tu punto G.
Beso látigo: son esos tipos que meten y sacan la lengua sin cesar. Cuando te estás relajando para disfrutar del beso, él se va y después vuelve a aparecer. Son muchachos poco confiables, no se entregan a la relación, sólo sirven para tener un touch and go.
Beso piraña: son los que intercalan besos con mordiscones fuertes e intensos. No sirve para encuentros sexuales de mucha duración. Lo de ellos es intenso pero corto.
Beso aspiradora: son los que te besan haciendo efecto sopapa. Te succionan todo el aire que tenés hasta dejarte violeta y al punto de la asfixia. Ojo con esta clase de hombres, son celosos empedernidos y muy posesivos. Eso sí, es posible que sean muy interesantes en la cama. Tenelo en cuenta.
Beso diluvio apocalíptico: el intercambio de fluidos es demasiado excesivo. Es posible que esta costumbre te corte la emoción justo cuando estés por alcanzar la cima de alegría.
Beso tipo picoteo: son los famosos piquitos. Este tipo de besos sólo se justifica si están muy apurados para darse una buena muestra de cariño o si hace 50 años que están casados. De otro modo sólo puede interpretarse como que en ese vínculo falta pasión.
Beso de gato: esto sucede cuando el muchacho en cuestión tiene la boca tan seca que besarlo se siente igual que lamer un papel de lija. Quizás un vaso de agua pueda salvarlos, vale la pena darle una segunda oportunidad.
Beso ilimitado: son los que te besan en la boca y alrededores. Esos alrededores incluyen mejillas y orejas. Si tiene la costumbre de besuquearte así en la cama es fantástico, pero si lo hacen cada vez que se encuentran (en tu casa, en un bar, en la calle o en una fiesta) es posible que desarrolles una irritación cutánea por exceso de humedad. Consejo: tené siempre a mano manteca de cacao o una crema de regeneración de tejido cutáneo. Y pensá que si el tipo te besa de esa forma en todo momento y lugar es posible que tenga un problema con los contornos y límites. O no los reconoce o no le importa, así que no te sorprendas si resulta ser una persona muy invasiva.
Besos multicombo: estos son los besos que tan bien describe Cortázar en Rayuela. Son una mezcla de distintas técnicas: hay un jugueteo de lenguas, un intercambio de mordiscos y una fusión de miradas. Es el beso ideal. No sabemos si quien bese de este modo pueda convertirse en el Príncipe Azul pero bien podría decirse que un hombre que besa con ganas, paciencia y mirando a los ojos es, cuanto menos, un tipo que puede resultar interesante en la cama.
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