Brittany Maynard, de 29 años, puso fin a su vida de manera voluntaria y legal este sábado, para evitar sufrir una muerte lenta devorada por un cáncer terminal en el cerebro. La muerte fue anunciada primero en un mensaje en la red Facebook citado por la revista People. Sean Crowley, portavoz de la organización Compassion&Choices, con la que Maynard inició una campaña este verano para promover las leyes de muerte digna, confirmó el domingo en un comunicado que la mujer falleció el sábado 1 de noviembre "como quería, en paz en su dormitorio, en brazos de sus seres queridos".
“Adiós a todos mis queridos amigos y familiares a los que quiero. Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad, afrontando mi enfermedad terminal, este terrible cáncer en el cerebro que me ha quitado tanto… pero me habría quitado mucho más”, dice el mensaje. “El mundo es un lugar hermoso, viajar ha sido mi mejor maestro, mis amigos más cercanos y mi familia han sido muy generosos. Incluso tengo un círculo de apoyo alrededor de mi cama mientras escribo… Adiós mundo”.
Maynard emocionó a miles de personas el pasado agosto cuando comenzó una campaña para impulsar las leyes de muerte digna y suicidio asistido en Estados Unidos. Residente en Oakland, California, tuvo que mudarse a Portland, en el estado vecino de Oregón, para poder suicidarse con asistencia médica, ya que ese es uno de los cinco estados del país que tienen regulada esta práctica. Maynard se mudó allí con su familia para poder recibir legalmente, por su propia voluntad, una prescripción médica de drogas que acabaran con su vida. La decisión de hacer público el proceso tiene como objetivo extender esta posibilidad a todo el país.
La ley de muerte digna de Oregón entró en vigor en 1997. Desde entonces hasta enero de este año, casi 1.200 personas han recibido los medicamentos para quitarse la vida. De ellas, los han utilizado más de 750. La edad media de estos pacientes es de 71 años, según las cifras oficiales, y la causa más comúnmente citada para solicitar el suicidio asistido es la pérdida de autonomía personal.
La campaña, difundida a través de la organización Compassion&Choices, estuvo compuesta de varios vídeos donde Maynard contaba su evolución desde que el 1 de enero de este año le fue diagnosticado un glioblastoma, una forma de cáncer en el cerebro agresivo e incurable. Los médicos le dijeron que no llegaría a vivir un año más. Casada en 2012 con su marido, Dan Díaz, estaba intentando quedarse embarazada. Maynard decía sentirse debilitada y deformada por los tratamientos contra el cáncer. An abril canceló todos sus planes y puso fecha para morir sin sufrimiento. En junio se mudó a Oregón con su familia. Era hija única.
Maynard anunció la fecha de su muerte en el primer vídeo de la campaña. Se suicidaría el 1 de noviembre rodeada de su familia. En su lista de cosas que hacer antes de esa fecha estaba visitar el Gran Cañón del Colorado y celebrar el cumpleaños de su marido, la semana pasada. El 21 de octubre publicó sus fotos en el Parque Nacional del Gran Cañón. El pasado jueves, en un vídeo publicado solo dos días antes de la fecha elegida, Maynard expresaba dudas. Se sentía bien para seguir viviendo, decía, y dejaba la puerta abierta a postergar su decisión, pero al mismo tiempo era consciente de que algún día no sería capaz de tomarla.
La página web de la campaña ya no mostraba en la tarde del domingo ningún nuevo mensaje de Brittany Maynard, sino un obituario. Comienza con esta frase: “Un día, tu vida pasará en un instante ante tus ojos. Asegúrate de que vale la pena verla”.
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