Este 2014 conmemora
el décimo aniversario de los atentados del 11M que sacudieron Madrid y, por extensión, España. Una década desde el
ataque terrorista más sangriento nunca antes registrado en suelo europeo que marcó un importante punto de inflexión en la sociedad. 192 muertos, contando al agente que falleció en la inmolación de siete terroristas de Getafe, que permanecen en el recuerdo de los españoles como muesca indeleble de la barbarie y sinrazón terrorista. El paso del tiempo y el acercamiento de posturas ha permitido que este año el acto central de homenaje a las víctimas reúna a las diferentes asociaciones enfrentadas hasta la fecha. La sentencia judicial, por su parte,
tumbó la teoría de la conspiración. Y el refuerzo policial en materia de antiterrorismo internacional ha permitido
controlar diversas
células islamistas que planeaban nuevos ataques en suelo español. Aunque todavía cabe preguntarse una pregunta:
¿Podría volver a repetirse un atentado como el del 11-M?Es difícil dejar de estar expuesto a un atentado terrorista. Por no decir casi imposible. De hecho España sigue en alerta, especialmente por la cercanía de este décimo aniversario, Aunque España sí que logró dejar de estar en el
foco principal del
fundamentalismo islámico cuando el Gobierno de
Zapatero decidió retirar las tropas de Irak. La revista
Inspire, la publicación que edita y distribuye la filial de Al Qaeda en la Península Arábiga, incluyó en varios números una lista de enemigos prioritarios y secundarios. En la primera figuraban los países cuyas tropas participaron activamente en la invasión de Irak.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) rastrea, de un modo u otro, más de un
millón de conversaciones a la hora en todo el mundo. 24 millones de potenciales conversaciones 'pinchadas' al día. Una buena parte de ese esfuerzo tecnológico y humano se concentra en el seguimiento de la nueva gran
amenaza terrorista, el
radicalismo islamista. Norte de África, países árabes y, por supuesto, España, son los principales campos de actividad de nuestros espías. En España hay
1.200 mezquitas, 500 de las cuales no están registradas. Y Cataluña es el principal foco de riesgo del terrorismo de origen islámico en la península.
El consultor José Luis
Sanchís, que fue
asesor de
AdolfoSuárez, cree que ya no. Que de los errores se aprende. Sanchís subrayó en 2012 que el
Gobierno 'hizo mal al no manejar desde el principio las dos hipótesis sobre la autoría' e hizo 'peor aún al empecinarse' en apuntar exclusivamente hacia ETA cuando ya se conocían las pistas que apuntaban al terrorismo islámico. Las
llamadas a los
corresponsales de
prensa extranjeros, a las embajadas y las
presiones de la ministra de Exteriores para que la resolución del
Consejo de
Seguridad de la
ONU incluyera una mención explícita a ETA completaron el desastre comunicativo.
La
Fundación Safe democracy ha realizado varios simposios para analizar las mejoras que, en materia de seguridad, ayudarían a que España y Europa dejara de ser un objetivo factible para el terrorismo yihadista concluyendo que: A pesar de los avances europeos en la lucha antiterrorista, todavía se aprecia un predominio de la cooperación bilateral sobre la cooperación antiterrorista estrictamente regional. 'Esta es una limitación que debería superarse con nuevas iniciativas como la
cláusula de
solidaridad que figura en el Proyecto de
ConstituciónEuropea. En esta línea, una de las iniciativas que debería adoptarse por España y el
resto de los
países europeos consiste en una mayor integración en tres ámbitos esenciales de la estrategia contra el terrorismo: entre los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad que intervienen en la lucha antiterrorista; entre los traductores y analistas que generan la inteligencia sobre los grupos terroristas
yihadistas y entre las minorías inmigrantes musulmanas y las sociedades europeas de acogida'.
Las primeras horas de
desconcierto desembocaron una
teoría de la
conspiración que fue alimentada por el Gobierno a través del entonces presidente, José María
Aznar, y del ministro del Interior, Ángel Acebes. A pesar de que los indicios ya apuntaban a una célula islamista el Ejecutivo filtró a la prensa que
ETA estaba detrás de los ataques. Hoy en día, con la actividad terrorista de ETA paralizada, no habría forma creíble de sustentar una afirmación similar y se debería trabajar sobre otro tipo de hipótesis.
Diferentes
informes del
Campus Internacional de Seguridad y Defensa (CISDE) y de la
Universidad de
Granada apuntan a que el peligro actual viene de las
células independientes y de
terroristas individuales que suelen estar menos preparados que sus predecesores. En la actualidad los terroristas realizan su propio entrenamiento 'sin ser reclutados en
campos de
entrenamiento a
Afganistán y
Pakistán'. De ahí que sean más fáciles de seguir derivando, a su vez, en muchas más detenciones antes de que logren sus objetivos.
El
atentado del
11 de septiembre en Estados Unidos fue
pionero en el uso de
Internet para la organización de la masacre. Desde entonces la seguridad policial también se ha especializado poniendo hoy en día su foco en las redes sociales donde diferentes células han habilitado foros de intercambio de mensajes. Se han dado casos de
cibertaques de las autoridades para inhabilitar ese tipo de foros reduciendo la amplificación del mensaje
yihadista.
os
explosivos empleados el 11-M procedían de Asturias y fueron facilitados a la célula que perpetró la masacre por el ex minero
José Emilio Suárez Trashorras. Desde entonces España ha contado con la colaboración de
Portugal y
Francia para incrementar el número de inspecciones en busca de explosivos procedentes de material no usado en las canteras y de aquellos que se transforman para su utilización como
fuegos pirotécnicos.
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