Las declaraciones del actor Michael Douglas, que dijo haber
contraído cáncer a causa del papiloma humano, instaló el tema en los
ámbitos científicos de todo el mundoExiste un vivo debate en la comunidad científica ligado al aumento de
tumores de garganta —fundamentalmente orofaríngeos, situados entre el
final de la cavidad bucal y el principio de la garganta— causados por el
virus del papiloma humano (VPH). Y sobre todo, por su relación con el
sexo oral, un vínculo sobre el que cada vez hay menos dudas.
A través de una nota, el actor Michael Douglas trasladó esta cuestión
del ámbito académico y los laboratorios a la calle. The Guardian
publicó el domingo unas palabras del estadounidense en las que culpaba
del cáncer de garganta que ya ha superado al virus del papiloma humano
(VPH) y sugería que el contagio del agente patógeno fue a través de sexo
oral, en concreto, practicando cunnilingus. Su representante se
apresuró a desmentir las declaraciones del actor, a lo que el rotativo
británico respondió reafirmándose y haciendo pública la grabación con
las palabras del actor norteamericano. Incluso, intervino en el debate
la exmujer de Douglas, Diandra, que ha negado que ella fuera el punto de
partida de la infección.
La investigación sobre el peso del virus en los tumores de garganta
es relativamente reciente, y arranca de la paradoja detectada por
científicos estadounidenses a mitad de la década pasada de que mientras
cada vez había menos población fumadora, la incidencia de algunos
tumores orales, en lugar de caer, ascendía.
Además, el aumento tenía lugar entre pacientes relativamente jóvenes,
de menos de 45 o 50 años y, sobre todo, en población blanca. La
atención, entonces, se centró en el cáncer —carcinoma de células
escamosas— de orofaringe —amígdala, paladar blando, base de la lengua—,
al detectar que un número creciente tenían su origen en una infección
del VPH.
Tradicionalmente, este tipo de tumores se relacionaba
con el consumo de alcohol y tabaco. De hecho, no hay que perder de vista
que estos dos factores siguen siendo los principales responsables los
tumores en la boca y garganta en España. "Apenas existen estudios que midan la presencia del virus del
papiloma entre estos tumores de garganta en España", informa el diario
El País. “Nosotros presentamos uno hace un año”, explicó Laura Cerezo,
jefa del servicio de oncología radioterápica del hospital La Princesa.
Como sus colegas estadounidenses, echaron la vista atrás y analizaron
las biopsias de 93 pacientes obtenidas entre los años 2000 y 2008 en La
Princesa y los hospitales Ramón y Cajal, Puerta de Hierro y 12 de
Octubre, todos de Madrid.
Encontraron que en el 26% de los casos
los tumores tenían relación con el VPH, muy por debajo del 70% de un
estudio publicado en el Journal of Clinical Oncology y próximo al 30% de
Dinamarca.
De continuar la tendencia al alza de la presencia del virus en
Estados Unidos, Gillison advirtió de que los tumores de orofaringe
originados por el virus del papiloma se convertirían en el primer tipo
de tumor de cabeza y cuello en EE UU, y que en 2020 superarían la
incidencia del cáncer de cuello de útero, el más numeroso entre los
provocados por el virus. En España, se detectan unos 2.000 tumores (más
de 700 muertes) de cérvix uterino al año (Informe Globocan 2008).
Los
relacionados con el virus de papiloma en orofaringe y en la cavidad
bucal —un pequeño porcentaje, según algunos investigadores— no alcanza
el millar, según apunta Cerezo. Son muy pocos los 200.000
tumores que se diagnostican al año, pero podrían crecer notablemente de
cumplirse las predicciones de la investigadora estadounidense y
aplicarse en el escenario español.
Cada vez más tumores orales vinculados al papilomaLos estudios dejan claro que cada vez hay más tumores orales causados
por el virus del papiloma. Pero, ¿cómo llega el patógeno al final de la
boca?
Gilligan, al presentar los resultados de su trabajo ya sugirió la respuesta:
“Puede que estos aumentos reflejen cambios en el comportamiento sexual, como un incremento del sexo oral”. Un año antes, en un editorial del British Medical Journal, varios
investigadores apuntaban al sexo oral como la causa más probable de
contagio. Estudios epidemiológicos lo refrendan. Así como el hecho de
que el tipo de virus que está en la garganta es el máximo responsable de
los tumores de cuello de útero: como apunta Juan José Vilata,
catedrático de Dermatología y Venereología de la Universidad de
Valencia, y Xavier Castellsagué, investigador del Instituto Catalán de
Oncología (ICO), la pista buena está en el genotipo 16.
Hay más de un centenar de variantes genéticas del virus del papiloma
humano. Todos atacan la piel y las mucosas. Pero ni son igual de
agresivos ni actúan en la misma zona.
El genotipo 1 es el responsable de las verrugas de las manos y los
pies. Hay unos 30 relacionados con la zona anogenital que se transmiten
sexualmente. El 6 y el 11 están detrás de los papilomas venéreos —el
principal motivo de las consultas de venereología, en torno a una de
cada tres—.
Hay dos tipos de virus del papiloma especialmente oncogénicos: el 16 y
el 18, responsables del 70% de los tumores causados por el VPH. Son
estos la causa principal del cáncer de cérvix. Pero también de la
mayoría de los tumores de ano (70%), o de vulva y pene (50%), como
señala Vilata, que también es jefe clínico de dermatología del hospital
General de Valencia.
En todos estos casos, el contagio es sexual.Hasta aquí, todo normal. Pero
¿cómo accede el virus de la zona genital al principio de la garganta? “Lo lógico es pensar que el contagio es también por vía sexual a través
de cunilingus o fellatio”, indica Vilata. “No puede ser de otra forma”,
añade Castellsagué, que subraya que el genotipo que se suele encontrar
en la garganta es el 16, el predominante en el cáncer anogenital: todo
encaja. “Es el mismo genotipo y comparten el patrón de transmisión
sexual”, añade Castellsagué.
La otra campanaHay facultativos, sin embargo, que no aceptan la opinión mayoritaria
entre los especialistas consultados, que relacionan el sexo oral con
estos tumores. Como Álvaro Vives, responsable del departamento de
infecciones de transmisión sexual de la Fundación Puigvert de Barcelona.
“No cuadra”, comenta este especialista, “el virus necesita
contacto directo para el contagio, y este no existe con la zona de la
orofaringe, las infecciones deberían estar en los labios y en la lengua,
no al final de la boca”. “No está nada claro cómo llega el
virus allí”, añade. “Asegurar que es a través del sexo oral es una
animalada”. De hecho, considera que el sexo oral “es el más seguro, en
especial el cunnilingus”.
Cerezo responde a algunos de los interrogantes que plantea Vives.
Explica que la mucosa de la boca o la parte móvil de la lengua es
distinta, “más resistente”. El tejido de la base de la lengua y las
amígdalas es linfoide, “más blando, con cavidades”, por eso el virus
tiene más facilidades para encontrar resguardo, después de atravesar la
boca de camino a la garganta.
Quedarían otras cuestiones pendientes por responder. Por ejemplo,
¿Por qué cada vez hay más tumores de boca provocados por el VPH?
Gilligan ya adelantó la contestación al aludir al cambio de prácticas
sexuales. “Hay estudios epidemiológicos que relacionan el número de
parejas sexuales con la infección”, añade Castellsagué. La extensión de
prácticas de sexo oral en las últimas décadas tendría su reflejo ahora,
dado el lento desarrollo de este tipo de tumores de origen vírico.
En todo caso, si se trata de buscar culpables entre los
factores de riesgo del cáncer de garganta, el tabaco es “mucho peor” que
el sexo oral, como insiste la investigadora del hospital La
Princesa. Distintos investigadores apuntan que los cigarrillos, así como
el alcohol, actúan, además, como desencadenantes de la actividad
neoplásica del papiloma.
El VPH genital es muy común. El 80% de las personas sexualmente
activas se infectará a lo largo de su vida por alguna —o varias— de sus
variantes, lo que no quiere decir que ello se traduzca en lesiones o
patologías. “En 9 de cada 10 mujeres infectadas en el cuello del útero,
el virus desaparece con el tiempo”, apunta Castellsagué. “Se resuelve en
uno o dos años sin tratamiento”, añade Vilata. “Solo el 10% se
convierten en portadoras crónicas y únicamente un 1% tendrá una lesión
precancerosa o cancerosa”, comenta el investigador del ICO. Todo este
proceso es largo, y desde el contacto con el virus hasta la aparición de
la enfermedad pueden transcurrir entre 10 o 15 años. Es decir, ser
portador de los virus carcinógenos no es, ni de lejos, sinónimo de
desarrollar la enfermedad.
Es probable que lo mismo suceda en los tumores originados por el
virus de papiloma en la garganta. “De momento, hay pocos estudios sobre
la historia natural de la infección, datos como la incidencia,
persistencia o la tasa de limpieza”, apunta el investigador catalán.
Vilata insiste en los factores asociados que potencian la
carcinogénesis. Y no solo en el alcohol o el tabaco. “También se ha
comprobado que el virus del papiloma humano es más agresivo en pacientes
inmunodeprimidos”.
Además de la poca prevalencia actual, las bajas probabilidades de que
la infección acabe en una neoplasia o la probable necesidad de que
tengan que intervenir otros factores además del VPH para que haya una
lesión tumoral, existe otro factor a favor en estos procesos frente a
los tumores clásicos que tienen su origen en el tabaco o el alcohol. Las
tasas de supervivencia a los cinco años de los afectados por tumores de
orofaringe asociados al papiloma es del 55% al cabo de los cinco años,
superior al 46% de los otros tumores. “Ello permite tratamientos menos
agresivos”, añade Cerezo.
Castellsagué y otros investigadores están a punto de publicar nuevos
trabajos sobre el VPH y los tumores de cavidad bucal y orofaringe que
arrojarán más luz sobre esta relación descubierta hace apenas 10 años.
Fuente: Diario El País