Según científicos canadienses los cerebros de los suicidas tienen una
composición química diferente a los de la gente que muere por otras
causas. Y la causa parece ser una compleja combinación de cuestiones
genéticas y del entorno.En el estudio se analizó el tejido
cerebral de personas que habían muerto, tanto por suicidio como por
causas naturales, como infarto. Los suicidas estaban afectados por un
grave trastorno de depresión.
Los científicos descubrieron que el genoma de los que se suicidaron
-como resultado de su depresión- estaba modificado químicamente por un
proceso que está asociado a la regulación del desarrollo celular. Según
la expliación científica tenemos unos 40.000 genes en cada célula. La
única razón por la que una célula de la piel se convierte en célula de
la piel y no en célula del corazón es porque sólo una fracción de los
genes logra expresarse. Y los otros genes no se expresan porque son
silenciados debido a un proceso genético llamado metilación.
El
cerebro de los que se suicidadon presentó que la tasa de metilación era
diez veces mayor que la de las personas que murieron por causas
naturales. Y el gen que estaba siendo silenciado era un receptor de
señales químicas cerebrales que juega un papel muy importante en la
regulación de la conducta.
Los factores genéticos y ambientales
pueden interactuar para producir modificaciones específicas y duraderas
en los circuitos cerebrales”. “Y estas modificaciones pueden formar el
curso de nuestra vida de formas extremadamente importantes, como el
riesgo de sufrir un trastorno depresivo grave que quizás puede llevar al
suicidio”.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud afirma que cada 40 segundos alguien se suicida en el mundo.
Fuente: BBC Mundo