Los científicos X.T. Wang y Robert D. Dvorak, de la Universidad del Sur de Dakota (Estados Unidos), han demostrado que
los niveles de glucosa en sangre afectan al proceso de toma de decisiones. En sus experimentos preguntaron a un grupo de voluntarios si preferirían recibir ciertas cantidades de dinero al día siguiente o más cantidad en un plazo de tiempo más largo. La mitad respondieron a las preguntas antes y después de ingerir una bebida carbonatada con azúcar, mientras la otra mitad tomaba bebidas sin azúcar (“light”), con aspartamo como edulcorante). También se midieron durante todo el proceso sus niveles de glucosa.
Los resultados, publicados en la revista
Psychological Science, muestran que
quienes tenían gran cantidad de azúcar en sangre estaban más predispuestos a esperar, mientras que quienes tenían la
glucosa baja por la bebida dietética querían recibir su recompensa económica de manera inmediata, aunque eso implicase percibir menos dinero. “Cuando tenemos
energía disponible, en forma de glucosa, nuestras decisiones están más orientadas hacia el futuro”, concluyen los investigadores, que aseguran que “el futuro es más abstracto que el presente y requiere más esfuerzo cognitivo por parte de nuestro
cerebro”.
Tener poca "energía" (poca glucosa) en sangre, por el contrario, nos hace concentrarnos en el presente. Según matiza Wang,
la falta de azúcar alerta al cuerpo sobre una “inminente crisis calórica” y nos vuelve más
impulsivos a la hora de tomar decisiones.