Quedan muy pocos tiburones en el Mar Mediterráneo. Su número y tamaño han decaído hasta casi la extinción. Se estima que solo queda el 1% de los escualos que existían hace 200 años. El triste y anunciado final de una especie, gracias al "aleteo" (España es el líder mundial en exportación de aletas de tiburón) y la contaminación del agua.
La desaparición de especie trae aparejado un alto impacto sobre el ecosistema porque tiburones son grandes predadores y están en lo alto de la cadena de alimenticia.
erdiendo a la criatura que se encuentra en el tope de la cadena, hará que peces más pequeños prosperen y consuman más de sus presas, trastornando el equilibrio ecológico del Mediterráneo.
El desequilibrio ambiental esta dado por dos grandes razones:
La pesca indiscriminada de la especie para vender sus aletas al mercado oriental
La contaminación del Mediterráneo
La pesca del tiburón para conseguir sus aletas, denominada aleteo (finning en inglés), es una macabra actividad comercial que consiste en cortar las principales aletas del escualo y devolver vivo al mar al mutilado animal, para ocupar el espacio de almacenamiento del barco solo con las partes comercializables del animal. Cabe mencionar que España es el principal exportador de aletas de tiburón mundial.
El estado de conservación de los tiburones en el resto del mundo también preocupante.
La Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN) encontró que 11 especies de tiburón están en la lista de alto riesgo de extinción y cinco más muestran señales de alarmante disminución en su población.
Los tiburones están especialmente afectados por la pesca excesiva ya que se reproducen lentamente. Existe la idea de que por ser una especie de muchas variedades, son más resistentes a las presiones de la pesca de hecho, están convirtiéndose rápidamente en una especie de grave preocupación porque no hay límites internacionales para la pesca de tiburones.
Carlos Ramón Infante para LaReserva.com