Casa Contenedor
Tres antiguos contenedores de carga para tráiler se convirtieron, en las manos del ingeniero Juan Carballo y Catary Pahl Lima, en el primer nivel de una vivienda del siglo XXI.
La textura metálica es inconfundible. Tres cajas sobresalen en la primera planta como si se tratara de un juego de niños, en donde combinamos objetos: una casa y tres contenedores.
En un principio, la obra se concibió como una oficina conformada por los tres volúmenes reutilizables. Ahora se convirtió en una casa de habitación para una familia, de ahí que crear la segunda planta fue más que necesario, así como ampliar el área baja mediante una terraza. Los detalles de construcción tomaron en cuenta las necesidades de los niños, por ejemplo, y de la cohesión familiar en general.
TRES EN U
Los tres contenedores fueron dispuestos con forma de U, aprovechando las puertas de los contenedores como “accesos individuales y a su vez como una ventana de pared a pared y de techo a piso”, como señala el ingeniero de la obra Juan Carballo.
Al cruzar la puerta, la sala queda enmarcada en un paisaje natural, gracias a las fugas mediante la ventanería en ele. Además, la paleta cromática es liviana en paredes y piso, aunque con sellos de color negro y naranja en muebles y accesorios, lo que borra la monotonía y da calidez.
Junto a la sala, la cocina comedor contrasta elementos fríos como el vidrio y el acero del área de cocina, con la madera de la mesa y el plástico naranja de las sillas principales Icea (diseño de Caludio Dondoli y Marco Pocci, en polipropileno y con patas de aluminio anonizado).
Los cuartos conservan la sencillez necesaria en áreas pequeñas, con colores livianos y aperturas visuales hacia la copa de los árboles.
Por su parte, la necesidad de ampliar el salón principal condujo a la creación de la terraza en madera, para actividades que demanden un mayor espacio, ventilación y luminosidad.
En la segunda planta, un amplio salón familiar permite, como pocos espacios, la integración de la familia por completo en actividades lúdicas. Allí los puf Fat Boy añaden el desasosiego necesario en niños y adultos por igual.
El logro indiscutible de este proyecto de Juan Carvallo con el apoyo de Catary Pahl Lima es mostrar las posibilidades técnicas y funcionales de reutilizar materiales, más aún cuando pueden significar las bases y un gran punto de partida.
*Adaptación revistasucasa.com. El texto completo se encuentra en la versión impresa.
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