El ‘Tower Bridge’ de Londres.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la única forma de cruzar el Támesis londinense era a través del Puente de Londres (no confundir con el Tower Bridge o Puente de la Torre), un viaducto de 16,5 metros de anchura situado al oeste que daba servicio a todo el tráfico de la ciudad. Conforme crecía la densidad de población de la zona este, crecía la necesidad de dar salida a todos sus flujos.
The Tower Bridge. 1888 En 1876 se configura el ‘Subway Committee’ (Comité especial para el paso subterráneo) para intentar dar una solución al problema y convocar un concurso de ideas. Los condicionantes eran claros: debería ser un icono de la ciudad y también dejar pasar el tráfico marítimo del puerto cercano situado en el ‘Pool of London’.
Más de cincuenta ideas se presentan al comité y tras un fallo polémico y controvertido se decide aprobar el proyecto del hombre de la casa Horace Jones el arquitecto municipal de la ciudad. Había nacido el ‘Tower Bridge’.
Trabajando en el 'Tower Bridge'. en 1892. Los pilares a medio revestir La construcción comienza en abril de 1886 y se prolongaría durante ocho largos años. Casi 500 personas trabajarían en dos turnos durante ese tiempo. El diseño de Jones era un puente de 244 metros de longitud sobre dos apoyos de 65 metros de altura y 70.000 toneladas de hormigón hincados en el lecho del río. Las dos torres se disfrazarían con ropa medieval para convertirse en los faros totémicos de la ciudad. Antes de terminar el proyecto, el arquitecto muere y se decide cambiar el traje medieval de ladrillo por las actuales modernidades neogóticas de John Wolfe-Barry, el antiguo ingeniero jefe de Jones, ahora a los mandos de la dirección facultativa.
Operarios caminando por una de los tirantes de los pilares 11.000 toneladas de acero fundido se utilizaron para cubrir el vano de 61 metros, los marcos, la pasarela superior, los anclajes y los tirantes de ambas torres. Dos planchas de 1000 toneladas pueden elevarse hasta los 83 grados mediante un sistema hidráulico instalado en el interior de ambas torres. En el diseño original, 6 grandes depósitos de agua metida a presión por varias máquinas de vapor, se encargaban de mover el mecanismo. Hoy el agua ha sido reemplazada por aceite y la fuerza del vapor, por la eléctrica.
A punto de coronar el revestimiento de los grandes pilares Las dos torres se proyectaron con una pasarela peatonal de unión a nivel superior. Su incomodidad residía en el uso de las escaleras para poder acceder a ella. Por lo que tuvo escaso éxito, y la gente acabó pasando en paralelo con los automóviles. Ahora la pasarela es parte del museo del Puente.
En su momento, el Tower Bridge fue el puente levadizo más grande y sofisticado del mundo. Hoy es un icono, hito, seña de identidad y museo de Londinium
Animación de Stephen Biesty sobre la construcción del puente
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