Mitos sobre las mascarillas
Desmontamos las falsas creencias que circulan en torno al uso de la mascarillas con la ayuda de la ciencia. ¡Que no te engañen!
El uso de la mascarilla se ha convertido estos últimos meses en importante tema de discusión entre quienes la defienden como medida para contener el contagio del coronavirus y los que las desaconsejan basándose en
argumentos pseudocientíficos, influenciados por los movimientos negacionistas y por el documental publicado en varias plataformas de redes sociales,
Plandemic.
La postura que mayormente defiende la ciencia es la de usarla en las zonas de transmisión comunitaria de la COVID-19, pues ayuda a evitar que la enfermedad se propague, sobre todo en aquellos lugares en los que se hace muy complicado mantener la distancia de seguridad de metro y medio o dos metros como comercios, transportes públicos y la misma calle de las grandes ciudades. De hecho, en la actualidad,
en España su uso es obligatorio con independencia de que se pueda mantener la distancia de seguridad según la normativa de cada Comunidad Autónoma. Se exime de su uso a personas con enfermedad o dificultad respiratoria, personas con discapacidad o dependencia que no tengan autonomía para quitarse la mascarilla o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su uso, causa de fuerza mayor o situación de necesidad y actividades con las que sea incompatible. No cumplir con la obligación se considera infracción leve y está sancionado con una multa de hasta 100€.
Es importante tener en cuenta que
el uso de mascarilla por sí solo no protege totalmente contra el coronavirus sino que este debe incluirse dentro de una estrategia integral: mantener en lo posible la distancia de seguridad de metro y medio y dos metros con otras personas y lavarse exhaustivamente y con frecuencia las manos, bien con agua y jabón o con gel hidroalcohólico. Y otro apunte, hay que usar la mascarilla (del tipo que sea) bien:
lavarse las manos antes y después de ponerla, cogerla por los elásticos, no tocar la parte delantera de la mascarilla, evitar manosearla y no dejarla retirada en el cuello o en la cabeza.
A continuación, repasamos los mitos sobre las mascarillas que andan circulando por las redes sociales y que, por ahora, se ha demostrado que son falsos. ¡Que no te la cuelen!
Si uso mascarilla no tengo que mantener la distancia de seguridad ni lavarme las manos
Aunque la investigación es clara en cuanto a que el uso de mascarillas funciona, estas
por sí solas no son suficientes. Los expertos en salud siguen recomendando otras precauciones para frenar la propagación del virus, como lavarse las manos con frecuencia y mantener una distancia mínima de dos metros con los demás siempre que sea posible. Las investigaciones han demostrado que estas medidas preventivas, cuando se combinan, pueden reducir significativamente la tasa de transmisión y salvar vidas.
e piensa que hasta el 40 % de las personas infectadas con coronavirus es asintomática. Estos portadores asintomáticos del virus pueden contagiar. Hay incluso personas que antes de mostrar síntomas de COVID-19 pueden ser contagiosas.
La mascarilla reduce los niveles de oxígeno
La creencia de que usar mascarilla reduce el nivel de saturación de oxígeno en sangre ha sido desacreditada por una buena cantidad de médicos. Según leemos en la web de la OMS:
“Utilizar mascarillas médicas durante mucho tiempo puede ser incómodo, pero no provoca intoxicación por CO2 ni hipoxia”. Ciertos tipos de respiradores sellados de calidad industrial pueden afectar los niveles de entrada de oxígeno, especialmente cuando se usan por un período prolongado, pero los tipos más comunes de mascarillas protectoras, como las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas de tela, no interferirán con los niveles de oxígeno.
Asegúrate de ajustar la tuya correctamente y elige el tipo más adecuado.
Usar mascarilla es un asunto de política, libertad o simplemente 'señal de virtud' y no marca diferencia entre si te contagias o no
La ciencia es clara en cuanto a que
el uso de la mascarilla puede ayudar a reducir la propagación del virus. Las mascarillas funcionan para reducir la propagación de las partículas virales infecciosas, previniendo así casos adicionales de coronavirus. Una investigación reciente en el Reino Unido concluyó que hacer que toda la población use mascarilla podría ser suficiente para frenar el virus sin tener que recurrir a los cierres.
Solo quien tiene miedo de enfermar debe usa mascarilla
Las mascarillas funcionan bloqueando las partículas respiratorias potencialmente contagiosas para que no vuelen al aire circundante (y a otras personas) cada vez que tosemos, estornudemos, respiremos o hablemos. También pueden evitar que respiremos algunas partículas expulsadas por otras personas.
Según las últimas investigaciones, e
l escenario más efectivo para reducir la infección de coronavirus es aquel en el que todos llevamos mascarilla.
En un estudio reciente de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), se demostró que el uso de mascarilla ayudó a detener un brote en una peluquería en Missouri. Aunque dos empleados eran portadores asintomáticos del virus, ni uno solo de los 139 clientes se
ó, ya que tanto los clientes como los peluqueros llevaban mascarilla.
La mascarilla de tela no protege
A día de hoy,
la OMS recomienda a la población general el uso de mascarillas higiénicas de tela cuando no sea posible mantener una distancia mínima de un metro, como en el transporte público, las tiendas y otros lugares cerrados o concurridos. Según la OMS, “dichas mascarillas pueden actuar como barrera para evitar que las personas que las llevan propaguen el virus a otras personas cuando haya muchos casos de COVID-19”.
Lo que sí se ha visto es que las mascarillas de tela
tienen un nivel de protección menor a las médicas y a las FFP2.
Usar mascarilla empeora una infección de coronavirus
En el documental
Plandemic se dice que si se tiene el virus, llevar la mascarilla hará que esa persona se exponga de nuevo a las partículas virales exhaladas, empeorando la enfermedad.
Hasta ahora, las investigaciones apuntan a que una persona no puede reinfectarse teniendo el virus. Por tanto, usar una mascarilla no empeorará la infección por coronavirus.
Más y más evidencia sugiere que una vez que el cuerpo arma una respuesta inmune a la COVID-19, está protegido (por algún tiempo) de la reinfección. Sin embargo, sí que se están dando casos de reinfección, como el de Hong Kong.
Usar una braga de cuello es peor que no usar nada
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, concluyó que era
más seguro llevar una braga de cuello tapando boca y nariz que ir sin nada. Entre las mascarillas disponibles, hay algunas que pueden ser más eficaces que otras, pero se necesitan más investigaciones para comprender conocer el nivel de efectividad de una braga.
El uso de mascarilla favorece la aparición de infecciones respiratorias
La mascarilla ni hace que aparezcan hongos, ni infecciones respiratorias siempre que se use correctamente. Tanto la OMS como los CDC estadounidenses hacen hincapié en que las mascarillas desechables se usen una sola vez y que las reutilizables se limpien y desinfecten después de cada uso.
[url=El uso de mascarilla favorece la aparición de infecciones respiratorias La mascarilla ni hace que aparezcan hongos, ni infecciones respiratorias siempre que se use correctamente. Tanto la OMS como los CDC estadounidenses hacen hincapié en que las mascarillas desechables se usen una sola vez y que las reutilizables se limpien y desinfecten después de cada uso.]fuente[/url]