Todos conocemos la historia del
Titanic ya sea por los libros de historia o por la película dirigida por
James Cameron que cumplió 20 años en 2017. "Este film fue todo un
acontecimiento, una película que trastocó el mundo del cine porque sobrepasó todos los límites: superó el presupuesto de la época, la duración y el tipo de películas que se estaban haciendo en los años 90", explica Jose Madrid, autor de 'Titanic. Historia de un fenómeno', el único libro en castellano sobre la película.
Muchos misterios rodean al hundimiento más conocido del planeta, entre algunos de ellos, la teoría de que no fue el
choque con un
iceberg lo que causó la tragedia del transatlántico, sino un
fuego en las calderas que se habría iniciado incluso antes de abandonar los astilleros de Belfast. Es ahora cuando se ha descubierto que un
marinero que fue
despedido de la tripulación en el último minuto pudo haber desempeñado un
papel muy importante en el ocaso del buque.
La llave que los pudo salvar a todos
El segundo oficial
David Blair fue expulsado del equipo antes del nefasto viaje inaugural en 1912, para dar paso a un profesional con más experiencia. Pero Blair, que era un marinero condecorado,
se guardó accidentalmente la llave que abría el armario con los
prismáticos. David había ganado una serie de medallas por su valentía, incluida una por saltar al agua para salvar la vida de otras personas en una emergencia marítima diferente. Algunas de ellas se subastan por miles de dólares, según informa 'Burton Mail'.
Los historiadores afirman que
haber abierto el casillero donde se encontraban los binoculares
podría haber salvado las vidas de los 1.522 personas que perecieron en la tragedia. El equipo podría haber permitido que la tripulación detectara el iceberg antes de que fuera demasiado tarde. Uno de los supervivientes,
Fred Fleet, declaró en un una investigación que todo se podría haber evitado con este aparato y un poco más de atención.
El actual propietario de las medallas, un hombre de 78 años llamado
Murray Shaw explicó que "Blair estuvo más de tres meses esperando en Belfast mientras se estaba construyendo el Titanic". "Habría sido el responsable de todo el equipo de navegación, pero
lo despidieron en Southampton porque no 'cumplía' los requisitos que querían", añadió. Así que cuando llegaron allí el 3 de abril, cuando tenía 37, bajó de la embarcación, salvando su vida.
Antes de culpar a Blair del siniestro, algunos historiadores dijeron en su defensa que, "en términos de culpabilidad, habría que mirar al capitán,
Edward John Smith", dado que "
el buque iba demasiado rápido sobre una superficie helada de la que le habían advertido".
Un despido que le salvó la vida
"No hay mal que por bien no venga", dice el refrán. Eso es lo que pensaría este trabajador se quedó en tierra y con la llave en el bolsillo, pese a conocer bien el buque, pues había viajado en él desde Belfast hasta Southampton para poner rumbo a Nueva York el 10 de abril de 1912.
Sin la llave que permitía el acceso a los prismáticos, los vigías del transatlántico dependían de su vista y, por esa razón, solo atisbaron el iceberg
cuando ya era demasiado tarde.La decisión de la White Star Line de reemplazar al trabajador por
Charles Lightoller seguramente le salvó la vida. Este sustituto también tuvo suerte, convirtiéndose en el oficial de más alto rango del transatlántico en
sobrevivir al desastre.Blair
escribió sobre su desilusión en una postal que decía: "Me temo que tendré que salir para hacer hueco al oficial de los Juegos Olímpicos. Este es un barco magnífico, me siento muy decepcionado de no poder hacer su primer viaje". Murió en 1955 a los 80 años y la llave del armario
se vendió en una subasta en un joyero chino
por más de 100.000 euros.Adrian Stevenson, experto en militaria de Hansons, explicó que "es una historia fascinante y es sorprendente. Este marinero pudo haber hecho que el Titanic se hundiera
por olvidar entregar una llave involuntariamente".
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