Chin chin China
El tradicional “chin chin” del brindis puede “sonar” al choque de dos copas, pero en realidad no proviene de una onomatopeya, sino de una dinastía china.
Esto es lo que nos cuenta José Antonio Millán en su libro El candidato melancólico. El subtítulo de esta obra es “De dónde vienen las palabras, cómo viajan y las historias que llevan dentro”.
Chin chin y el propio nombre de China proviene de la dinastía Ts’in que es la que unificó en el siglo III d.C el vasto territorio de Zhongghuó, que es como llaman los chinos a China. A partir del siglo VII los viajeros árabes empezaron a llegar a estas tierras y las denominaron Cin, nombre que los mercaderes venecianos convirtieron en Cina y de ahí a la península ibérica: China, Xina(en catalán), Txina(en euskera)…
Algo parecido a “chin” entendían cuando saludaban y brindaban. De ahí la costumbre del “chinchin”.
China es también una piedra pequeña. En este caso, si es una onomatopeya, ya que proviene de la voz infantil “chin” que imita el ruido de una piedra al caer.
Los propios chinos suelen sorprenderse cuando se enteran de que en el extranjero Zhongghuó, que en su idioma significa Tierra central,es llamada con ese nombre. Claro que también llamamos Pekín a su Beijing a pesar de que en los últimos tiempos algunas personas se han adaptado a la actual pronunciación oficial china que suena a nuestros oídos latinos como “Pei ching” (de nuevo el ching). Sin embargo la Real Academia de la lengua Española (RAE) sigue recomendando la utilización del nombre consolidado en el castellano, el uso de los topónimos traducidos, tal como ocurre con otras ciudades como London/Londres, Moskva/Moscú o Firenze/Florencia.
“Chino”tiene otros muchos significados: el colador (posiblemente por su forma, similar al sombrero tradicional chino); el zapato o el popular barrio (chino).
Naranjas de la China
Literalmente existen. Es una varieda de naranja de piel lisa y delgada. Aunque “las naranjas de la China” son consideradas como cosa fantástica, es casi seguro que la naranja procede de la China.
Esta expresión se usa para negar o mostrar incredulidad.
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