Malas noticias si guardas el cartón de leche en la puerta de la nevera. Una nueva guía que explica cómo guardar los alimentos de forma correcta ha desvelado que, en realidad, la leche debería estar en la balda central del frigorífico, junto con el resto de productos lácteos: yogur, queso y mantequilla.
¿Cómo te has quedado?
De acuerdo con la guía de la web británica
Good Housekeeping, en la puerta del frigorífico deben guardarse alimentos que tengan conservantes naturales, como los condimentos, las mermeladas y el zumo. Esto se debe a que se trata de la zona más cálida de la nevera y a que está sujeta a cambios de temperatura. Por tanto, al dejar la leche ahí, esta corre el riesgo de echarse a perder antes.
Las baldas superiores son ideales para alimentos que no necesiten cocinado, como el fiambre y las sobras.
Por su parte, la leche debe guardarse en las baldas centrales e inferiores, junto con el resto de productos lácteos.
El estante inferior es el lugar donde hay que colocar la carne y el pescado crudos, ya que se trata de la zona más fría del frigorífico y estos alimentos necesitan mantenerse frescos. Además, así se evita que goteen sobre otros productos y los contaminen.
En los cajones de abajo conviene guardar las verduras, hortalizas y frutas.
Good Housekeeping recomienda mantener la temperatura del frigorífico entre 1°C y 4°C y recuerda que nunca hay que meter alimentos calientes en la nevera, ya que esto provoca una subida de la temperatura general y puede producir intoxicaciones alimentarias.
Si además guardas los tomates y las cebollas en la nevera, lo estás haciendo mal. Según
Buzz60, los tomates perderán sabor y el olor de la cebolla afectará al sabor de los alimentos que estén cerca. La miel, el pan, el ajo, el melón y el café también se mantienen mejor fuera. Y, quizá lo más sorprendente: el aguacate debe guardarse en una bolsa de papel abierta (y fuera del frigorífico, claro).
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