La Víspera de Todos los Santos, Halloween, el Día de los Muertos, Samhain, la Noche de las Brujas, cualquiera cual sea el nombre, es una noche especial que precede al Día de todos los Santos (01 de noviembre), que ha sido considerado durante siglos como una de las noches más enigmáticas y misteriosas del año. Una noche de gran potencia energética, en un acto de honrar a nuestros antepasados y el día de los muertos. Es un momento donde los espíritus pueden cruzar libremente entre ambos mundos, desde el espiritual al físico.
HistoriaLa ceremonia en honor a los difuntos se originó en la víspera de la celebración del Año Nuevo Celta, el 31 de octubre, que fue también el festival de la cosecha que marca el final del verano. Pero la celebración también representaba el mal presentimiento de los meses oscuros y fríos que estaban por venir. Esta fiesta también es llamada
Samhain (el “señor de la muerte”), los celtas creían que las almas de los muertos podían volver a sus hogares terrenales por una noche. Como parte de las festividades, los sumos sacerdotes construyeron enormes hogueras en honor al dios sol, para ahuyentar a los malos
espíritus y fantasmas para guiarlos a sus hogares.
Cuando los romanos conquistaron a los celtas, las dos culturas combinaron los festivales de la cosecha romana y el Samhain. Alrededor del año 800 d.C, la Iglesia Católica comenzó a celebrar el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre para que la gente pudiera continuar sus celebraciones precristianas con la bendición de la iglesia. Una misa especial llamada
“Todos los Santos” se llevó a cabo para honrar a los muertos. La noche antes del
“Día de Todos los Santos” se convirtió en la víspera de Todos los Santos o como se conoce comúnmente, la noche de Halloween.
Samhain, la noche de la brujas
Era una creencia druídica, en la víspera de esta fiesta se convocaba a los espíritus malignos que en los últimos 12 meses habían sido condenados a habitar los cuerpos de los animales. Era una creencia pagana que en esa noche del año las almas de los muertos regresaban a sus lugares de origen para ser alimentados. Si no se proporcionaba el alimento y el refugio estos no se aparecerían, además estos espíritus malignos lanzaban hechizos y causaban desastres a los que no cumplían sus peticiones. Había una creencia predominante entre los celtas que la muerte de las almas de los hombres buenos eran llevadas al paraíso, pero las almas de los hombres malvados se quedaban entre la Tierra y la Luna, o del mundo del mas allá.
En la actualidad, este día también tiene una especial celebración en el
satanismo y la brujería, este es el día en que el mismo Satanás entra en
“comunión” con sus seguidore
s.
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