La
isla de Formentera tiene paisajes preciosos, playas paradisíacas y rincones encantadores, pero la tradición ha hecho llegar hasta nuestros días elementos rurales impresionantes. Estamos hablando de las
higueras de Formentera.
La presencia de estas
higueras, con una forma tan particular y tan mediterránea es muy común a lo largo de Formentera, aunque seguramente es en la zona entre Es Caló de Sant Agustí y Sant Ferran donde más
higueras podremos ver.
La formación de estos curiosos
árboles tiene una explicación muy sencilla. Los payeses, los campesinos tradicionales de
Formentera, iban aguantando las pesadas ramas con la ayuda de estacas (conocidas como ‘
estalons‘) provocando que las
higueras crecieran hacia los lados y no hacia arriba. De esta sencilla manera, es mucho más sencillo recoger los deliciosos higos, muy usados en la gastronomía isleña.
Historias de las higueras
Resulta extraño que estas higueras no se hayan convertido en todo un símbolo de
Formentera al igual que lo es la lagartija. En cualquier caso, existen historias de este fabuloso árbol que convierten a la higuera en un ser maravilloso.
Una de estas historias las narra
Jorge Demerson en su libro
Leyendas de Ibiza. En esta historia, el autor sitúa el paraiso terrenal en
Ibiza, aunque bien podría haberla ubicado en la vecina
isla de Formentera. Al parecer, el jugoso fruto que mordió Eva en el Edén por la serpiente que la convenció a ella no fue una manzana, sino un higo maduro resquebrajado por la dulzura de su sabor. Así, Eva cometió el pecado al morder el fruto de la
higuera y fue expulsada del paraiso junto con Adán… Dios también expulsó a la serpiente y por eso, no existen las serpientes en Ibiza ni en
Formentera.
Las
higueras, arrepentidas, retuercen sus ramas enrrevesándolas en nudos imposibles gritando de pena y de dolor por haber sido la culpable de la tentación de Eva y de su expulsión de
Formentera.
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