Seamos claros: el tiburón ostenta el título de “criatura marina que hace cagarse más de miedo”, pero si hacemos recuento de bajas y afectados, existe un depredador que le da cien vueltas. No tiene aleta dorsal ni filas y filas de afilados dientes. De hecho, parece inofensivo. Es... la medusa.
¿La medusa? Bueno, no ésas que parecen bolsas de plástico y que, si te pican, te provocarán picores y harán que algún graciosillo diga si quieres que te orine encima. Hablamos de otro tipo de medusas que tienen el nombre científico de
cubozoa, pero popularmente conocidas como cubomedusas por su forma cúbica (es la medusa de la imagen). A diferencia de sus primas simplemente urticantes, éstas
contienen un potente veneno que las hace ser consideradas las criaturas más peligrosas del mundo. Si tienes la mala suerte de cruzarte en el camino de determinadas especies,
tus posibilidades de supervivencia son más escasas que si te muerde la letal araña viuda negra.
La picadura de estas asesinas sin corazón te provoca un shock cardio-vascular y la muerte en pocos minutos. “Las cubomedusas, que en España conocemos como avispas de mar, no son peligrosas únicamente por el efecto de su veneno, sino porque muchas son muy difíciles de ver para el bañista”, explica Verónica Fuentes, investigadora principal de Jelly Risk, un proyecto europeo que combate las proliferaciones de medusas. “Las más letales se encuentran en el Caribe, Asia y Australia”.
Pensemos, por ejemplo, en la
Chironex fleckeri, cubomedusa del tamaño de una pelota de baloncesto presente en el Indo-Pacífico, de la que cuelgan decenas de tentáculos como cintas de dos metros de longitud. Si uno de esos tentáculos te roza apenas,
tienes muchas posibilidades de morir antes de llegar a la orilla. “Algunas personas especialmente sensibles pueden morir poco después de una picadura, mientras que en otras el efecto tarda algo más. Con suerte, podrán llegar a la playa y que les den un antídoto”, puntualiza Fuentes.Aunque tal vez sea preferible la muerte rápida a lo que te espera si te pican otras especies, como la
Carukia barnesi, una medusa del tamaño de un dedal. Además de graves cefaleas, vómitos, aceleración del pulso y edemas pulmonares, puedes experimentar una ansiedad tal que algunos de los afectados, convencidos de estar a punto de morir, han rogado a los médicos que los maten y acaben con esa pesadilla.
Aunque no existen estadísticas oficiales de mortalidad, se calcula que
las cubomedusas son las responsables de numerosas muertes cada año –de 20 a 40 sólo en Filipinas, ya que muchas especies se concentran en el archipiélago malayo– y centenares de víctimas más sufren picaduras tan graves que requieren de atención hospitalaria. Los expertos consideran que el número real de muertes probablemente sea mayor, dado que muchos casos reciben diagnósticos erróneos o se atribuyen a otros factores, como el fallo cardiaco o el ahogamiento. De hecho, las más de cuarenta especies de cubomedusas que conocemos causan más muertes y lesiones graves que los tiburones, las serpientes marinas y las mantarraya juntos.
Baleares y otras zonas del Mediterráneo. Es rosácea brillante y suele tener unos ocho tentáculos.
Medusas en EspañaEspaña, a salvo. ¿Y por qué no hemos oído hablar de las cubomedusas en un país tan turístico como el nuestro? Tal vez porque la única que podemos encontrar en España es la
Carybdea marsupialis y, aunque su veneno es bastante potente, no es mortal. Nuestra compatriota es pequeña y tiene una cabeza de forma cúbica con cuatro tentáculos largos. Vive en la costa, pero durante el día se localiza más en el fondo y por la noche sube a la superficie. En zonas como Denia (Valencia) se concentra en grandes cantidades. “Su picadura es muy urticante, inflama la piel y duele mucho. Hay que tratarla como una quemadura”, explica Macarena Marambio, del Institut de Ciències del Mar de Barcelona (CSIC).
La especie más peligrosa que podemos encontrar en las aguas españolas, en realidad, no es una medusa, aunque tiene un aspecto y un comportamiento muy similares. Se trata de la terrible
carabela portuguesa (
Physalia physalis). Su veneno es diez veces más virulento que el de una medusa normal, aunque “potencialmente no es mortal”, según Fuentes. El año pasado su presencia encendió las alarmas en el litoral de Pontevedra y en la costa vasca, y fue noticia en la prensa local. No es propia del Mediterráneo, pero también se han recogido ejemplares en la Costa del Sol, Murcia, Alicante o Baleares, ya que entra por el Estrecho.
La carabela tiene un color azulado y una franja roja a lo largo del cuerpo, y su tamaño es variable. “Su veneno es muy urticante y si te enredas en sus tentáculos extremadamente largos, de hasta 30 metros, afectará a amplias zonas del cuerpo. Provoca un dolor muy intenso y puede generar problemas cardiotóxicos, como temblores, convulsiones o vómitos”, advierte Marambio. Y hay que extremar la precaución tanto si la encontramos en el mar como si la vemos muerta en la playa. Aún inerte, su veneno está activo y puede hacer mucho daño.
En nuestras playas encontramos unas veinte especies de medusas cuyo contacto con la piel puede amargarte las vacaciones, aunque en su mayor parte su veneno es de bajo riesgo. La más común entre las urticantes es la
Pelagia noctiluca, una especie que vive en mar abierto y que no es habitual en las playas. “Si llega o no a la costa depende de los vientos y las corrientes. Cuando lo hace, se han llegado a cerrar las playas afectadas debido al gran número de medusas”, explica Marambio. Su picadura no es mortal pero sí muy dolorosa, y la cicatriz dura varios días. La
Rhizostoma pulmo es otra especie menos urticante, pero más habitual en la costa española. “Por eso es peligrosa, porque hay más posibilidades de encontrarla”, apunta Verónica Fuentes.
¿Qué hacer cuando te pica una medusa?Existe un mito sobre las picaduras de medusas y es que la orina mitiga sus efectos. Todos los que han visto El chico del periódico recuerdan la escena en la que Nicole Kidman orinaba encima de Zac Efron por ese motivo. ¿Pero es eso efectivo? “Aunque hay informaciones que dicen que la orina puede mitigar el efecto de las células urticantes en las especies en las que funciona el vinagre, lo mejor es no recomendarlo”, opina Fuentes. “Hay remedios mucho más efectivos”. Las especies cuyas picaduras se lavan con vinagre son la Carybdea marsupialis y otras cubomedusas. “Pero en muchas es contraproducente”, advierte la investigadora.Tanto si te pican a ti como si ayudas a alguien que ha sido picado, recuerda que debes utilizar compresas calientes (no más de 45 ºC) para desnaturalizar el veneno, y después hielo para controlar el dolor. “El frío provoca una vasocontricción que disminuye la inflamación e impide que el veneno se expanda por el torrente sanguíneo”, explica Marambio.
Para evitar la infección de la herida se aconseja la aplicación sobre la piel de un antiséptico (alcohol yodado) 3 o 4 veces al día durante 48 a 76 horas. Repetir hasta que cicatrice la herida. Por lo demás, seguir los cuidados habituales: no tocar para evitar irritar o expandir la infección, y seguir el tratamiento que haya recomendado el especialista.
En resumen1º LimpiarLavar la herida con agua salada, nunca con agua dulce porque podría extender el veneno por toda la piel.2º ExtraerDeberás quitar los restos de tentáculos con guantes o pinzas. Ni se te ocurra rascar ni frotar la zona afectada.3º Aplicar calorAplicar compresas calientes (no más de 45 grados) y, a continuación, compresas frías. No secar la piel con toallas ni echar arena.4º Evita el vinagreNo lavar con vinagre las heridas provocadas por la Pelagia noctiluca y la carabela portuguesa; sí las de Carybdea marsupialis.5º Minimizar molestiasEn caso de que el dolor persista, aplicar lidocaína. Pregúntale a un especialista cuál es el mejor tratamiento.6º DesinfectarCuando ya sólo queda la herida, deberás curarla como cualquier otra. Lo mejor es usar un antiséptico hasta que cicatrice.Medusas en EspañaEste es el mapa de las especies de medusas más comunes en las costas de nuestro país. ¡Ojo con ellas!
1. La ‘Rhizostoma pulmo’ Se suele pasear por las costas de Asturias, País Vasco y Cataluña. Su diámetro suele ser de unos 60 centímetros y las hay amarillas, blanquecinas y rosas.
2. La ‘Carybdea marsupialis’ Suele tener fritos a los bañistas de la Costa de Levante; pertenece a la clase de los temidos cubozoos. Es bastante pequeña: alrededor de los 6 centímetros.
3. La carabela portuguesa Galicia y la Costa del Sol suelen ser sus zonas preferidas. No es exactamente una medusa, aunque su picadura es extremadamente dolorosa.
4. La ‘Pelagia noctiluca’Te la puedes encontrar en las islas
Baleares y otras zonas del Mediterráneo. Es rosácea brillante y suele tener unos ocho tentáculos.
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