El ajo, Allium Satibun, es un gran aliado de la salud. Amado por algunos y odiado por otros, se cultiva en la humanidad desde tiempos inmemoriales. Probablemente sea el remedio natural más ampliamente probado y estudiado en el mundo para un montón de dolencias y enfermedades. El consumo de ajo disminuye el colesterol malo, es antibiótico y antiséptico, hace más fluida la sangre, levanta las defensas del cuerpo, es fungicida y bactericida, aumenta la secreción de bilis, es diurético, expectorante, descongestivo, su uso frecuente aumenta el diámetro de algunos vasos sanguíneos pequeños, es diurético, disminuye la presión sanguínea, es sedante nervioso por su alto contenido en fósforo y azufre,...... la lista sigue y es larga.
Lo notable es que la razón por la cual es vilipendiado por muchas personas es justamente la prueba de sus increíbles propiedades. ¿Por qué produce el ajo ese olor que tanto disgusta? Eso ocurre porque se combinan sus principios activos con las toxinas del cuerpo. Mientras el cuerpo despide toxinas desprende ese olor y cuantas más toxinas tenga, más tiempo lo liberará. Cuando el cuerpo haya liberado de las toxinas ya no desprenderá más el mal olor. ¡Pero vamos que no es para tanto! Para evitarlo se puede beber un jugo de limón recién exprimido, una cucharada de miel, un vaso de leche, un poco de vino tinto o decidirse por consumirlo cocido, que igualmente tiene grandes beneficios y prácticamente no molesta.
Pero ahora hay otra posibilidad, se puede consumir ajo negro, que tiene 10 veces más propiedades que el ajo blanco común. El ajo negro es el mismo Allium Satibum estacionado y fermentado durante poco más de un mes a una temperatura muy leve y constante en hornos especiales. En ese tiempo su blanca carne toma el color negruzco rojizo de las ciruelas pasas. Hasta hace un tiempo solo los japoneses lo hacían pero ahora por suerte también lo hace Argentina en la provincia de Córdoba. Ya se consiguen en muchas dietéticas especializadas de Buenos Aires.
Los ajos negros tienen un sabor a ciruelas dulces, casi sin olor, y pueden conservarse perfectos aproximadamente durante un año de tiempo sin ningún tipo de conservante. Se pueden consumir como una golosina, guardando un diente sin abrir entre los pliegues de la falda o el pantalón como acostumbran los orientales, o
untado sobre tostadas de pan casero, sobre lingüinis, combinándolos con quesitos, bocconcinos, moras o frutillas, un producto realmente gourmet, combinado con
cebollín o estragón, llevado cinco minutos al horno sobre una tostada con queso
fresco y otras muchas más. Es caro, pero vale la pena.
Otra de las razones para incluírlos en la alimentación es poque como uno de los antioxidantes más potentes que se conocen, es muy conocida su capacidad para levantar las defensas del cuerpo
y de ese modo ayudar a combatir el estrés y otros desórdenes nerviosos . También los ajos negros, contienen casi el doble de Allicine que un ajo común, pero en forma de Allycysteine-S. El Allicine es un antibiótico natural del ajo blanco muy eficaz contra diversos tipos de bacterias, soluble en grasas, mientras que en la forma del ajo negro es soluble en agua, lo que la hace más fácilmente absorbible.
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