Unos 2.500 millones de personas carecen de acceso a inodoros
Alrededor de 2.500 millones de hombres, mujeres y niños de todo el mundo carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, cerca de 1.000 millones de personas siguen practicando la defecación al aire libre y unos 748 millones tienen dificultades para llegar a una fuente mejorada de agua potable.
Además, cientos de millones viven sin agua limpia y jabón para lavarse las manos, lo que facilita la propagación de enfermedades diarreicas, la segunda causa principal de muerte entre los niños menores de cinco años.
Así lo afirmó este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS), en nombre de ONU-Agua, en un informe hecho público con motivo del Día Mundial del Retrete, que se celebra este miércoles.
Este informe, de carácter bianual, incluye datos de 94 países y 23 organismos y ofrece un análisis exhaustivo de las fortalezas y los desafíos relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene.
El estudio señala que los esfuerzos globales para ofrecer mejor agua y saneamiento para todos “están ganando impulso”, pero añade que “graves lagunas en la financiación siguen obstaculizando el progreso”, sobre todo en las zonas rurales.
En este sentido, apunta que enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la fiebre tifoidea y la hepatitis, son propensas a “brotes explosivos”, y que la falta de saneamiento y la higiene también pueden conducir a patologías que afectan a muchas personas en el mundo en desarrollo, como los gusanos intestinales, tracoma causante de ceguera y la esquistosomiasis debilitante.
COMPROMISOS Y “LAGUNAS”
Dos tercios de los 94 países encuestados reconocieron que el agua potable y el saneamiento son un derecho humano universal recogido en sus legislaciones nacionales, y más del 80% aseguraron tener políticas relacionadas con el agua potable y el saneamiento, por el 75% para la higiene.
Además, el informe señala que la ayuda internacional para agua, saneamiento e higiene ha aumentado un 30% entre 2010 y 2012, al pasar de los 8.300 millones de dólares (más de 6.600 millones de euros) a los 10.900 millones de dólares (casi 8.700 millones de euros).
Esos compromisos de ayuda se dirigen cada vez más a las regiones marginadas, sobre todo África subsahariana, Asia meridional y Asia sudoriental.
A pesar de estos logros, el estudio alude a “importantes lagunas” y propone varios desafíos a combatir, como más financiación (el 80% de los países afirma que sus niveles financieros son insuficientes), que menos del 10% del dinero llega a las zonas rurales, que menos de un tercio de los países desarrollan planes con regularidad y que menos del 30% de los países cuentan con planes nacionales de agua y servicios de saneamiento en las escuelas y en las clínicas sanitarias.
AHORRO
Según cálculos de la OMS, cada euro invertido en agua y saneamiento supone un ahorro de 4,3 euros en costes de atención sanitaria, ya que millones de niños pueden ser salvados de una muerte prematura y de enfermedades relacionadas con la malnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua y los adultos pueden tener vidas más largas y saludables.
A la luz de este informe, la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, apuntó que el compromiso político para garantizar el acceso universal al agua y el saneamiento está “en un máximo histórico” y que la ayuda internacional “va en aumento”, si bien añadió que “seguimos viendo grandes brechas financieras en los países, en particular en las zonas rurales”.
"Ahora es el momento de actuar", dijo Michel Jarraud, presidente de ONU-Agua y secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), quien recalcó que el agua y el saneamiento deben ser “prioridades claras” en la agenda de desarrollo mundial posterior a 2015 si se pretende “crear un futuro que permita a todos vivir una vida saludable, próspera y digna”.
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