Desde luego, fácil no es, pero si seguimos este ejemplo, ideado por Nicholas Gurney en un suburbio de la ciudad de Sidney, cualquier apartamento por pequeño que sea puede convertirse en un espacio totalmente funcional y habitable para una persona.
El propietario de este micro apartamento de 27 metros cuadrados quería
soluciones prácticas, de bajo coste y funcionales. Con estas premisas y gracias al ingenio de Nicholas, se ha conseguido
maximizar hasta el último centímetro de espacio. Un sistema de puertas correderas y una paleta de colores en negro, amarillo y rojo han sido los elementos necesarios para delimitar los espacios.
En el frente más estrecho se colocó
la cocina, un mueble compacto con todo lo necesario. En la parte superior armarios de almacenaje y en la inferior, zona de fuegos de lavado y muebles con puertas, donde se esconde un pequeño frigorífico.
En el frente más largo, mirando a la zona donde se abren unos grandes ventanales por donde entra la luz a raudales, y detrás de unas grandes puertas correderas, aparecen y desaparecen toso los elementos necesarios en una casa. El
dormitorio pintado en un rojo intenso. A su lado, y pintada en amarillo, una
librería de suelo a techo de gran capacidad. Toda la parte central queda libre, pero aquí ya entra la imaginación de cada uno para habilitarla como salón, comedor, zona de estar. La imaginación es libre.
El
cubo que forma el dormitorio tiene gran capacidad de almacenaje con armarios laterales y cajones en la parte inferior. Es todo lo que necesita el dueño de este pequeño, pero bien pensado apartamento.
Siempre se puede colocar algo mas de mobiliario para completar su decoración, pero la
idea general de esconder estancias para no agobiar el espacio es francamente buena. Ahora hay muchos tipos de muebles que se pueden adaptar a las medidas de un apartamento tan pequeño y funcional como éste.
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