Desde los abrigos hasta los edredones, la ropa de invierno ocupa
mucho y debe guardarse bien protegida. Te ofrecemos soluciones para
tenerlo todo bien ordenado.
Un armario para los abrigosSi
no cuentas con un espacio suficiente en tu armario para abrigos y
vestidos largos, puedes guardarlos en un armario exento colocado en un
rincón. Ten en cuenta que necesitan una altura de, al menos, 150 cm.
Utiliza perchas de madera –son prendas pesadas– y guárdalas siempre
limpias. Lo mejor es que cada abrigo cuente con su propia percha y con
una bolsa de tela.
Ropa de camaLávala y dóblala bien para
que te ocupe menos espacio. Para guardarla, coloca la funda y las
bajeras dentro de la sábana y haz una epecie de sándwich. Pon los
conjuntos dentro de bolsas de lino o algodón.
Las mantas, en fundas de telaSi
no tienen manchas, basta con que las airees y les pases el aspirador
antes de guardarlas. Si es necesario lavarlas, fíjate en su composición
(y su tamaño) para saber si puedes lavarlas en la lavadora o si debes
llevarlas a la tintorería. Dóblalas, pero sin que queden muy
voluminosas, y ponlas en fundas de tela, junto con un antipolillas o un
saquito perfumado. Como ocupan bastante, es mejor que las guardes en la
parte alta del armario o, si tienes, en el canapé de la cama.
Un armario para cada estaciónSi
tienes varios cuerpos de armario lo ideal es que destines uno a la ropa
de verano y otro a la de invierno. Al planificar su interior, ten en
cuenta que la ropa de invierno es más voluminosa y necesita más
distancia entre las baldas y para las barras. Si tienes muchos
pantalones y faldas te ocuparán menos colgados que doblados y para
evitar que prendas como camisas se deformen, debes guardarlas
abotonadas. No dobles en exceso las prendas de lana, ya que te ocuparán más, y no las guardes muy apretadas, porque se pueden dañar las fibras.
Colchas y nórdicosLos
rellenos nórdicos ya vienen con sus propias bolsas de tela. Para
guardarlos hay que enrollarlos cuidadosamente reduciendo al máximo el
aire de su interior para que ocupen menos. Otra opción es envasarlos al
vacío. Firmas como Howards, especialista en soluciones para guardar,
comercializan bolsas especiales con un tapón que se adaptan al tubo del
aspirador. Con la ropa en su interior, se hace el vacío con el aspirador
y se tapa sin aire, con lo que prendas como nórdicos reducen su volumen más de la mitad. Además, se protegen del polvo y la humedad.
Cajones con separadoresSi
tienes muchos fulares y pañuelos, destínales un cajón de la cómoda.
Puedes usar una caja compartimentada sin tapa para tenerlos a la vista
enrollados. Cuando no los uses, tápala y los protegerás del polvo. Cada
pañuelo necesita un hueco de, al menos, unos 10 x 10 cm.
Alfombras y cortinasAntes
de guardar una alfombra, debe estar perfectamente limpia. Además del
aspirado habitual, llévala a la tintorería (te cobrarán unos 10 €/m
2 por limpiarla). Y a la hora de guardarla, enróllala envuelta con papel
de seda y algún producto antipolillas y luego con papel de periódico.
Así, evitarás que coja humedad. Guárdala en horizontal –no en vertical–,
porque su propio peso podría deformarla. En el caso de las cortinas,
guárdalas lo más planas posible y no muy dobladas: se arrugarán menos.
Para que transpiren, ponles una funda de algodón, nunca de plástico.
Calzado bien organizadoSi
puedes, destina un mueble independiente al calzado: evitarás malos
olores en el ropero. Una estantería de 40 cm de fondo basta para las
cajas, que suelen medir 35 cm de largo. Guarda los pares en cajas, es
más ordenado e higiénico. Si quieres un resultado más estético, elígelas
todas iguales y pega en su frontal una foto o un dibujo de los zapatos
que contienen. Antes de guardar los zapatos de invierno, elimina restos
de suciedad de las suelas y aplícales crema protectora para que se conserven mejor. Guárdalos con su horma o con papel de periódico en la punta.
Sacos de tela para lo delicadoUna
bolsitas de lino te ayudan a guardar lo más delicado, como las medias o
la lencería. Para saber dónde está cada una, organízalas por colores
(claras, oscuras...) e identifícalas. Puede ser con una etiqueta, como
en la imagen, o con unas letras bordadas.
La ropa de deporteEquipo
de esquí, ropa de montaña, botas de agua... Lo mejor es que lo guardes
todo junto (puede ser en el armario menos accesible). Limpia las botas
de agua con agua jabonosa y sécalas al aire, nunca junto al radiador (al
ser de caucho el calor podría estropearlas). Encera la tabla o los
esquís antes de guardarlos y ponlos dentro de su funda. Las botas de
esquí guárdalas cerradas para que mantengan la forma. Lava los anoraks
antes de guardarlos, siguiendo las instrucciones de su etiqueta, sobre todo si son de Goretex o de algún material impermeable y transpirable.
Separa los complementosBufandas,
guantes, gorros, calcetines gruesos... El mejor modo de guardarlos es
ordenados por tipo de complemento. Ponlos en cajas con etiquetas, como
las de la colección Cotton de el Corte Inglés. Si cuentas con un armario
abierto lo ideal es que todas las cajas sean iguales y no
transparentes. Así, ganas sensación de orden y de unidad. Para los
complementos que estés usando, utiliza colgadores de pared, los hay muy
decorativos. De este modo, ves mejor cada accesorio (fulares, sombreros...) y liberas espacio en el armario para los de otras temporadas.
Cajas para lo más pequeñoLas
cajas redondas son ideales para guardar accesorios pequeños, como
pañuelos o cinturones, y son muy decorativas. Las de tela o cartón
transpiran más que las de plástico. Elige su tamaño en función de lo que
guarden para no perder espacio.
¿Y tú? ¿Ya has hecho tu cambio de armario?
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