Un día como hoy, en 1889, nacía en Lambeth Sir Charles
Spencer Chaplin. Vino al mundo en el seno de una familia de artistas de
variedades, por lo que desde niño actuó en musicales y pantomimas, sin
imaginar que alcanzaría la fama con sus películas mudas y pasaría a
formar parte de la historia del cine.En 1910 viajó a Estados Unidos en una gira con la compañía para la
que trabajaba, y se estableció en ese país de manera definitiva dos años
después.
Quien llegó a ser uno de los grandes creadores del Séptimo Arte,
apareció por primera vez en la pantalla grande en 1913, en cintas de la
Keystone, de Mack Sennett.
Fue en el filme “Carreras de autos para niños” (o “Carreras
sofocantes”, 1914) que interpretó por primera vez el personaje del
vagabundo “Charlot”, ataviado con unos anchísimos pantalones, enormes
zapatos, bombín y bastón de bambú, papel que representó luego en más de
70 películas.
Su creación del pequeño vagabundo “Charlot”, un símbolo universal de
la individualidad indestructible, triunfante contra la adversidad y la
persecución, tanto humana como mecánica, le dio fama mundial como
comediante y actor dramático.
Chaplin perfeccionó un estilo personal de interpretación, derivado
del payaso de circo y del mimo, combinando la elegancia acrobática, la
expresividad del gesto y la elocuencia facial, con un sentido del ritmo
impecable.
Su carrera como empresario iba en ascenso y prueba de ello es que en
1915 se asoció con la compañía Essanay, después con la Mutual y con la
First National, hasta tener sus propios estudios en Hollywood, en 1918.
En 1919 fundó, junto con Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D.W.
Griffith la United Artists Corporation, en la que seguiría hasta 1952.
Durante esos años de cortometrajes desarrolló de forma paulatina su
peculiar personaje, tras la famosa producción de “El vagabundo” (o
“Charlot vagabundo”, 1915).
Asimismo, el productor y director, nunca se separó del estereotipo
del payaso travieso de la figura humana y compasiva que llega a impactar
en los espectadores de todo el mundo.
Entre sus películas más importantes como actor, director y productor
destacan: “El kid” (1921), “El peregrino” (1924), “La quimera del oro”
(1925), “El circo” (1928), “Luces de la ciudad” (1931) y “Tiempos
modernos” (1936).
Todas marcaron récords sucesivos de taquilla, no obstante a que algunas se realizaron durante la época del cine sonoro.
Precisamente la llegada del cine sonoro, a finales de la década de los
años 20, no perjudicó la efectividad de su pantomima, de la que dependía
en gran parte su creación. Al mismo tiempo comenzó a manifestar su
preocupación por los problemas sociales de su época.
Más tarde abandonó el papel de vagabundo para hacer personajes
específicos, una transición que marcó “El gran dictador” (1940), en la
que ya usó plenamente los recursos del cine sonoro.
A esta cinta le siguieron otras de gran importancia como “Monsieur
Verdoux” (1947) -en la que apareció por última vez su personaje de
“Charlot”-; “Candilejas” (1952) y “Un rey en Nueva York” (1957).
Aparte dirigió, sin protagonizarlas, “Una mujer de París” (1923) y
“La condesa de Hong Kong” (1966), filme en el que hizo un pequeño papel.
Asimismo, compuso la música de la mayoría de sus producciones
cinematográficas.
El enfoque “chapliniano” combinó la sátira y el patetismo
melodramático, bajo los que latió el amor a la humanidad y a la libertad
individual.
A Chaplin también le gustó escribir y de esta actividad surgieron dos
libros: “Mi autobiografía” (1964) y “Mi vida en el cine” (1975).
Pero no todo fue gloria para el realizador, ya que a finales de la
década de los años 40 y principios de los 50 sufrió la persecución del
“McCarthysmo” o “caza de brujas”, por su pensamiento político de
izquierda, lo cual lo obligó a abandonar Estados Unidos en 1952 y
establecerse en Suiza.
En 1972 hizo un breve viaje a la Unión Americana para recibir varios
premios, entre ellos un Oscar honorífico por su contribución a la
cinematografía.
Chaplin, quien en 1975 fue nombrado Sir en su tierra natal, también
es recordado por su ideología dado que en alguna ocasión expresó: “Yo no
soy un político; creo en la libertad. Esa es toda mi política”, murió
mientras dormía el 24 de diciembre de 1977, en Corsier-Sur-Vevey, Suiza.
Con información de
Wikipedia