Esta mañana me ha ocurrido algo que me ha dado que pensar, y quiero invitar con ello también a la reflexión.
He acudido al mercadillo municipal, y el tema que más "corría" entre tenderos y compradores, era el suceso ocurrido en Boston. Una vecina, viendo que yo guardaba silencio, pero estaba pendiente, sin embargo, de las conversaciones, me dijo:
"Qué susto, chica, ¿no lo has visto en la televisión? Pobre gente."
Le contesté que no veo la televisión, pero si lo había leido en prensa, sin abrir los vídeos, claro. Con la imaginación me bastaba.
Y me ha contestado, tan ancha:
"Pues no te has perdido gran cosa, EN LOS VIDEOS APENAS SE VE NADA."
Os prometo que he sentido el estómago como si dentro me saltaran cien ranas.
Y me he venido a casa haciéndome un montón de preguntas:
¿Necesitamos ver las noticias desde su lado más macabro? ¿Necesitamos ver sangre real (roja, no azul, se entiende), y personas sufriendo, retorciéndose de dolor, asustada, y para quienes la vida ha dado un vuelco total? ¿Necesitamos el espectáculo que las víctimas nos puedan brindar? Cada vez que sabemos de una guerra, un atentado, un maltrato, una agresión, ¿Solamente el documento gráfico puede saciar nuestra curiosidad? ¿Por qué ocurre ésto?
Ahi lo dejo...